El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, aseguró en la conferencia de prensa diaria que el jefe de Estado está abierto a todas las posibilidades, incluidas aquellas que podrían dejar afuera al Congreso, aunque se negó a especificar cuáles.
El cierre de Guantánamo fue la promesa estrella de Obama en la campaña para las elecciones presidenciales de 2008, pero sus posibilidades de hacerse realidad se desvanecieron al llegar a la Casa Blanca, debido a las barreras políticas y logísticas.
Los republicanos --que dominan las dos cámaras del Congreso desde las 'midterm' de 2014-- son reacios a cerrar Guantánamo, ya que supondría liquidar el símbolo de la política antiterrorista que ideó el Gobierno de Geroge W. Bush tras los atentados del 11-S.
A ello se suman las dificultades en el plano fáctico, porque Estados Unidos pretende que terceros países acojan a los 112 presos que aún quedan en sus celdas. Hasta ahora solo consiguieron acuerdos puntuales para casos concretos.
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