
A fines de 2003, mientras se reabrían las causas en todo el país por delitos de lesa humanidad, escribió que los procesos eran la "legalización de una venganza, estructurada y diseñada en el poder político", según informa este lunes el diario Página 12.
Al mismo tiempo, cuestionaba la decisión que tomaban varios jueces federales y que en 2005 haría propia la Corte Suprema de Justicia, que declaraban imprescriptibles los delitos de lesa humanidad.
El actual funcionario macrista, mano derecha de Bullrich, consideraba que se trata de "delitos que siempre fueron prescriptibles", afirmando que la ley del Congreso que declaraba la nulidad de la Obediencia Debida y el Punto Final "debería avergonzar a todos los juristas serios de la República".
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