“Cuando no hay libertad, todo baja”, manifestó la periodista y una de las personalidades venezolanas más importantes al analizar la situación actual de la cultura en su país.
En su opinión, la cultura es tan potente que rompe todos los muros y quizás por eso, es que en los últimos años ha habido un aumento de expresiones artísticas venezolanas en Miami.
Sofía Imber va a ser homenajeada el miércoles próximo por el Pérez Art Museum de Miami (PAMM) dentro de la inauguración de la exhibición de la artista colombiana Doris Salcedo.
Sentada en el extremo de un sofá en el apartamento de su hija Adriana Meneses, Imber comenta que este reconocimiento le agrada especialmente por ser Miami una ciudad dinámica y por venir de parte de un museo; ella todavía se considera “gente de museo”.
Para ella, el homenaje es un compromiso. “Me obliga a ocuparme del PAMM, aunque nadie me lo haya pedido”, dice la periodista, quien agrega que quiere ayudarlos con conseguir y proponer exposiciones, así como colaborar en eventos de recaudación de fondos.
Sin embargo, la periodista en ningún momento se muestra modesta, pues reconoce que ya ha recibido premios y reconocimientos anteriores. “Es fácil comprender que una persona que trabaja y el trabajo ha sido pues considerado bueno, percibe muchos reconocimientos y, cuando se tiene una larga edad, esos van sumando”.
En realidad, la lista de condecoraciones y reconocimientos de Imber ocupa tres páginas y media de su resumen curricular. Destacan el Premio Nacional de Periodismo, la Medalla Picasso (otorgada por la Unesco), la Legión de Honor en grado de chevalier del gobierno de Francia, la Cruz de Boyacá (Colombia), la Orden al Mérito (Italia); la Orden de Mayo (Argentina), entre otros. En el 2014, recibió en Nueva York la Medalla Páez de las Artes por el Fondo Venezolano Americano para las Artes (VAEA).
En Venezuela, Sofía Imber es sinónimo de cultura. Como periodista, trabajó en las secciones culturales de El Nacional, El Universal, Últimas Noticias, 2001, Radio Nacional de Venezuela, Televisora Nacional (canal 5).
Pero su más grande aporte al país suramericano fue el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas que llevó su nombre desde 1990 hasta 2001. Como ella misma cuenta, comenzó con un espacio de 600 metros que se había ideado como una especie de galería de arte y luego se convirtió en un museo de 22,000 metros que –en su mejor época– fue una referencia del arte de América Latina.
Su trabajo en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas lleva casi obligatoriamente al tema de la situación política de su país tras la llegada del chavismo. Luego de fundar el museo y de dirigirlo por 27 años, Imber fue destituida por el expresidente Hugo Chávez en el año 2001 durante una alocución televisada.
Imber arruga los ojos y dice despacio, como quien va a dar una mala noticia: “Eso está muy difícil, muy enredado. La gente está descontenta pero no se llega a nada. Está mal”. De inmediato, manifiesta que no quiere hablar política fuera de su país, aunque pide que vuelva la normalidad al país.
Sin embargo, Imber negó con intensidad, los rumores que personajes del gobierno de Venezuela se han robado las obras de arte del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.
Al preguntársele sobre su secreto antiedad, pues Imber cumplirá 92 años el próximo 8 de mayo, ella responde que cree ciegamente en el trabajo y que siempre mira hacia adelante. Rechazó tajantemente tener pasatiempos con una reflexión: “El tiempo es muy importante para pasarlo”.
Aunque nació en Rusia y vivió muchos en otros países, Imber se describe como “profundamente venezolana” y tan es así que rechaza la idea de irse del país, aunque sus tres hijas vivan en el extranjero. Ella está apegada a su casa, a su biblioteca. Mientras, seguirá viniendo a Miami de visita.
FUENTE: Elinger Medina - http://segundoenfoque.com
