Cojetage es una de estas aplicaciones que permiten alquilar jets privados a lo que, para el sector, son precios populares. Su funcionamiento recuerda al de AirBnb, pues son aviones de terceros cuyos propietarios ponen a disposición de otros usuarios a un precio reducido. La clave del servicio reside en que buena parte de los vuelos privados -un 40% según la empresa- vuelan vacíos, al ser más barato para el dueño que la aeronave retorne a su base antes que esperar en un aeropuerto extranjero varios días.
Son esos vuelos denominados posicionales los que aprovecha la francesa Cojetage para ofrecer sus servicios. La empresa opera solo en Europa, y los precios van desde los 250 euros hasta más de 2.000; cantidades que dependen de si reservamos el avión entero y de la ruta. Si tenemos en cuenta que los jets completos de cuatro asientos comienzan en los 1.273 euros, es posible viajar junto a otros tres amigos por algo más de 300 euros. Por el contrario, si sólo queremos un asiento, los precios rondan los 600 euros por trayecto.
Servicio de lujo
Este lujo 'low cost' no está al alcance de todo el mundo, pero sí se acerca más al resto de usuarios que otros intentos anteriores de establecer un 'Uber de jets privados'. Jetsmarter, por ejemplo, está pensado para clientes que puedan pagar una tasa de admisión de 3.000 euros, más una cuota anual de más de 8.000. La cifra puede parecer desorbitada, pero supone un ahorro no solo frente a la alternativa de adquirir nuestro propio jet, sino para empleados muy viajeros.
Desde la compañía explican a Teknautas que operan sobre todo en Estados Unidos, pero que también ofrecen rutas en Europa. En algunos trayectos en Norteamérica incluso es posible -sin cargo adicional- ir al aeropuerto en helicóptero. La idea ha interesado a los más adinerados, y famosos como el rapero Jay Z han apostado por la idea, que a comienzos de 2016 recibió una inversión de más de 45 millones de euros. No es el único ejemplo, otras empresas como Blackjet y Jumpseat ofrecen aproximaciones similares.
El principal problema tras servicios como Cojetage -al margen de precios- es la falta de flexibilidad. Al tratarse de vuelos posicionales y de plazas que sobran de otros pasajes, la elección de horarios y destinos es limitada. Eso no impide que, a cambio de un pequeño sacrificio, sea posible disfrutar de una despedida de soltero o una luna de miel inolvidable. Siempre y cuando nos quede presupuesto para el viaje de vuelta en Ryanair.
FUENTE: S. F. - http://www.elconfidencial.com