“Pudieron ser dos, tres o cuatro”, indicó el abogado designado de oficio, Till Wagler, leyendo una declaración de la acusada que debe responder por la muerte de cuatro recién nacidos.
Su marido, del cual estaba separada, Johann Göppner, de 55 años, también se sienta en el banco de los acusados por complicidad en asesinato. Un asesinato da una pena de 15 años de prisión en Alemania.
La mujer ya había admitido algunos infanticidios ante la policía, al día siguiente de ser detenida el pasado 13 de noviembre en Wallenfels, estado de Baviera.
Según el acta de acusación, Andrea Göppner estuvo embarazada 8 veces entre 2003 y 2013 y “trajo al mundo bebés cada año o año y medio”, en su cocina o en el salón de su casa, sin la menor asistencia médica y en ausencia de su esposo.
Este último, quien no ignoraba los embarazos de su mujer, estaba de acuerdo en que los matara y aceptaba que ella escondiera los cadáveres en el sauna de la vivienda, según la acusación.
En cuanto comprobaba que el recién nacido comenzaba a berrear, “tomaba una toalla y la apretaba cobre la nariz y boca del niño hasta asfixiarlo para que dejara de llorar”, según la fiscalía.
Sin embargo, sólo es juzgada por cuatro asesinatos. Uno de los casos sería por un falso parto, y en los otros 3 el estado de los cadáveres no permitió determinar si habían nacido vivos.
La pareja tuvo tres hijos y cada uno de ellos tenía otros dos de uniones anteriores. Nadie en la localidad de 2.800 habitantes donde vivían parece haber notado los sucesivos embarazos de Göppner.
Una vecina había encontrado un primer cadáver pocas semanas después de que la acusada se mudara para convivir con un nuevo compañero. Después, la policía encontró los otros cadáveres metidos en bolsas de plástico o entre ropa de cama.
En 2005, otro caso similar había sacudido a Alemania, cuando se descubrieron los cadáveres de 9 recién nacidos en la exRDA.
FUENTE: AFP - http://www.pulzo.com