
Los perros ladraban por el ruido de los carros pasando veloces, que hacían salpicar el agua acumulada en la calle tras la lluvia intermitente de ese día.
El pasado miércoles fue para ellas el peor día desde que se quedaron sin hogar el 10 de junio, cuando tuvieron que abandonar el apartamento en La Pequeña Habana donde habían vivido por dos años. Dijeron que el dueño del viejo edificio les avisó hace poco más de tres meses que la propiedad sería demolida para dar paso a nuevas viviendas. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)
FUENTE: Agencias - http://actualidadradio.com