Los vehículos utilizados por el ejército de Reino Unido en Irak no eran lo suficientemente seguros para ese tipo de operaciones militares, ya que su equipamiento y blindado se vió afectado en numerosas oportunidades por explosivos improvisados hechos por los iraquíes y otras facciones que luchaban contra la coalición.
El informe demuestra la "lenta respuesta" del Ministerio de Defensa en responder a los pedidos de los soldados realizados desde el campo de batalla para enviar mayor protección destinada a los vehículos de patrulla y evitar más bajas. Los soldados se encontraban en trampas mortales que se retorcían por el fuego o eran penetradas fácilmente por los disparos enemigos, en lugar de camionetas preparadas para la batalla.
Los mismos soldados en el frente apodaron a los Land Rover como "ataúdes móviles", ya que las fuerzas enemigas conocieron al instante esa debilidad y la explotaban en cada enfrentamiento. Familiares de caídos en batalla afirman en la investigación que los soldados hablaban constantemente sobre la "limitada protección" con la que contaban.
John Chilcot describe en su informe que "durante 2003 y 2009 las fuerzas británicas en Irak sufrieron grandes faltas de logística", sin embargo, explica que "no hay suficiente claridad sobre qué persona o departamento dentro del Ministerio de Defensa tiene la responsabilidad por esa grave falla estratégica".
Los funcionarios del Ministrio de Defensa de ese entonces tardaron en responder a los pedidos de patrullas protegidas, y éstas no fueron enviadas hasta el año 2006, ya muy avanzado el conflicto, según explica el informe.
Los soldados británicos enfrentaban cada día el ataque con bombas caseras que resultaban escandalosamente peligrosas contra un ejército que, se suponía, debía tener los mejores equipamientos de guerra.
Las fuerzas que formaron parte de la Operación Telic, así como también de la invasión y ocupación sufrieron también un escaso apoyo aéreo de parte de helicópteros y falta de equipamiento de inteligencia que permita recibir información sobre posibles objetivos y cuidar a la tropa en el escenario bélico.
En la Guerra de Irak, murieron 4.803 soldados de la coalición y 37.120 de las fuerzas de Hussein, entre ellos, 179 soldados británicos, las problemáticas causadas por ese conflicto continúan en la actualidad y dieron origen a grupos extremistas como el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), que se formó a partir de rupturas de Al Qaeda.
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