
Esta realidad impacta en el llamado "sueño americano" que vende la idea de igualdad para todos en una nación en la que cada año los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres.
Esta es la conclusión a la que llegaron los investigadores Estelle Sommeiller, Mark Price y Ellis Wazeter, economistas que estudiaron los niveles de ingreso en los Estados Unidos desde 1928 hasta 2013 y luego publicaron las conclusiones en el informe La desigualdad de ingresos en los EE.UU, que puede encontrarse en la web del Economic Policy Institute, un centro sin fines de lucro creado en 1986 para estudiar las necesidades de los trabajadores de ingresos bajos y medios, con el objetivo de incluirlos en las discusiones de política económica del país.
Los investigadores señalan que en lugar de un sueño americano se vive un "dilema americano", frase que toman del Nobel de Economía Gunnar Myrdal, para explicar la situación del país, que entre 2009 y 2013 registró para el 1% de la población un incremento de ingresos 25 veces superior el restante 99%.
Se preguntan los estudiosos si "¿puede la desigualdad creciente tolerarse en un país que valora tan caro el ideal en el que todas las personas deben tener la oportunidad de tener éxito, independientemente de las circunstancias de su nacimiento?".
Al respecto, alertan que millones de estadounidenses sienten una "tremenda ansiedad" por alcanzar el sueño de igualdad y riqueza y que esta ansiedad podría canalizarse en el apoyo electoral a propuestas más equitativas o decantar en el apoyo a sectores radicales y contrarios a los intereses populares.
Urgen retomar las políticas económicas que en 1928 permitieron que el ingreso del 1% más rico del país se redujera en todos los estados, excepto en Alaska, donde aun el 1% de la población se queda con el 11,6% de todos los ingresos de este estado.
Apunta la investigación que el año 1928 —y en general la década del 20 hasta la Gran depresión de 1929 — se caracterizó por el incremento del salario mínimo, bajo nivel de desempleo, negociación colectiva de los contratos laborales en industrias privadas de fabricación, transporte, líneas aéreas, ferrocarriles, telecomunicaciones y construcción.
Además prevalecía un ambiente político y cultural en el que era indignante que los ejecutivos recibieran sueldos desproporcionados mientras despedían libremente a los trabajadores.
A diferencia de la década del 20, en la actualidad "las opciones políticas y las fuerzas culturales se han combinado para ejercer presión a la baja sobre los salarios y los ingresos de la mayoría de los estadounidenses aún cuando su productividad ha aumentado", refiere el informe.
En este sentido, llaman a las autoridades a poner en práctica "medidas audaces" que devuelvan la economía al full empleo, a la negociación colectiva de los contratos y a impulsar una nueva cultura de equidad.
FUENTE: Isabela Garrido - AVN