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domingo, 18 de diciembre de 2016

Crimen en la ciudad de las sonrisas

La víctima: David Bernat
David Bernat tenía un sueño. Como casi todo el mundo. Aunque, más que un sueño, lo suyo era un objetivo y estaba a punto de alcanzarlo. A todo el mundo le decía que se retiraría a los 40 años con el dinero suficiente para disfrutar a lo grande a partir de entonces. Se paseaba por el sudeste asiático, y sobre todo por Bangkok, hablando de ello. Y quizás ese fue el error: lo repitió en demasiadas ocasiones y donde nunca debió hacerlo. Porque una noche a finales de enero, unos salvajes le arrebataron su sueño, su dinero y su vida. Tenía 39 años, un millón de dólares y el retiro a la vuelta de la esquina.
No era el tipo más popular entre los españoles de Bangkok, pero David Bernat era bien conocido en varios sitios de la capital tailandesa. Y cuando él llegaba a ciertos bares, las chicas que bailaban en barras americanas se bajaban para saludarlo. Dejaban lo que estuvieran haciendo, gritaban su nombre y lo abrazaban. Lo apreciaban, y mucho. Con su sonrisa bonachona, David Bernat llegó a ser en alguna ocasión la estrella de aquel bar del centro de la noche más canalla de Bangkok. Hombre menudo y con los ojos brillantes al caer la noche, nunca le faltaba compañía femenina. Porque no solo se portaba de manera excepcional con unas chicas que habían visto de todo. Se debía, ante todo, a que era un hombre de buen corazón.

En Tailandia, eso no tiene nada que ver con la bondad. Ser “de buen corazón” en estas tierras -lo que en tailandés se pronuncia 'jai dee'- hace referencia a la generosidad: quien más dinero y mejores dádivas ofrece, más demuestra su bondad. Y en eso, en lo de hacer regalos y pagar excelsas facturas, pocos superaban al anfitrión David Bernat.
Bernat se paseaba por Bangkok diciéndole a todo el mundo que se retiraría a los 40 años con un millón de dólares. Ese fue su error

Su cuerpo apareció flotando en el río Chao Phraya el 4 de febrero de 2016. Esparcido en diferentes bolsas de basura. La policía tailandesa, en el primero de muchos despropósitos, aseguró al rescatar cada uno de los pedazos que se trataba de un hombre asiático. Tardaron casi medio día en darse cuenta de que la víctima era aquel español que llevaba unas dos semanas desaparecido.

Las dos noches anteriores a la aparición del cuerpo, algunos de los amigos de Bernat en Bangkok andaban aún preguntando si alguien sabía algo. Explicaban que “uno de los nuestros” se había esfumado sin dejar rastro abandonando sus obligaciones. Pero ya imaginaban que algo no cuadraba. Primero, porque David Bernat era un consultor informático de gran éxito, que estudió en las mejores escuelas y se forjó en grandes empresas. Se agenciaba 1.000 euros por día de trabajo y, si bien la noche le encantaba, en lo suyo era más que responsable. No quería que un desliz le alejara de su sueño. Había, sin embargo, algo más escabroso. Durante su desaparición, la familia de Bernat recibió unos cuantos mensajes en catalán escritos con el teléfono de la víctima, donde decía estar “muy colocado”, pero que por la forma de escribir estaba claro que no fue el consultor quien los escribió.

La conmoción llegó al confirmarse que aquel cuerpo despedazado era el de David. Empezó entonces un aluvión mediático que duró días y que aún colea. Sus conocidos empezaron a hacer cábalas, a desconfiar los unos de los otros y a señalar a cualquiera como posible culpable. Los más cercanos a Bernat señalaron algo que sería importante durante toda la investigación: había, al menos, una persona del círculo íntimo de David Bernat que también había desaparecido. Era uno de los que él llamaba “sus amigos delincuentes”.

Porque Bernat, excelente profesional y tipo muy admirado por los suyos, se había dejado seducir por algo que en su pueblo de Lleida nunca existió. Por la noche del sudeste y los neones de Bangkok. Y en ese idilio se juntó con tipos sin oficio ni beneficio, incluso fugados de la justicia. El coqueteo de un excelente profesional con un lado oscuro que le volvió excesivamente confiado. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)

FUENTE: http://www.elconfidencial.com

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