Los motivos del despido de Julen Lopetegui, después del análisis realizado en la Junta directiva, van desde los malos resultados, una imagen de equipo frágil y jugadores fuera de forma. No se le señala como el único culpable de la crisis, pero la única solución -como suele suceder en estos escenarios- pasa por buscar un revulsivo en el banquillo y apelar a la reacción con el amor propio de los futbolistas. Aunque la directiva también ha cuestionado en su análisis el bajo nivel y la relajación de jugadores que se les considera claves por su peso y responsabilidad. Lopetegui paga la crisis después de una primera parte en el Camp Nou que asustó a Florentino Pérez por la apatía con la que salió el equipo al partido ante un Barcelona, sin Messi, más agresivo.
La desconfianza de Florentino hacia Lopetegui empezó con la dura derrota y la mala imagen en Sevilla. Se encedieron las alarmas. El Sevilla volaba y el Madrid jugaba andando. No había tensión y Marcelo caía lesionado por primera vez en la temporada. Fue aumentando en los siguientes partidos con las derrotas ante el CSKA de Moscú, Alavés y Levante. El presidente se dio de margen hasta el Clásico. Un ultimátum para comprobar si el entrenador era capaz de encontrar soluciones a los problemas tácticos y de gestión fuera y dentro. Contra el Alavés se viajó en el mismo día a Vitoria. No hubo concentración cuando lo que había en juego empezaba a ser decisivo.
La mala dinámica se ha juntado con una pobre racha de goles a la que los directivos no le encontraban una explicación. El equipo estuvo ocho horas sin hacer un gol y no les valía de nada la excusa de la mala suerte y la ausencia de Cristiano Ronaldo. Un cúmulo de circunstancias que han ido haciendo más grande la bola de la decepción con los pitos en el Bernabéu y el dolor de ver cómo se burlaban del juego en el Camp Nou -con 'olés'- y caía en desprestigio el entrenador -gritos desde la grada de 'Lopetegui, Selección'-. La indefinición en el juego y la falta de una idea colectiva han provocado que el presidente y los directivos tomen la decisión de prescindir de Lopetegui.
Lesiones, pelotazos, quejas...
Otro de los puntos por los que se cuestiona el trabajo de Lopetegui se refiere a la cantidad de lesionados y la gestión de los jugadores. Marcelo, Varane y Mariano son las últimas bajas. El brasileño y el francés no acabaron el partido en el Camp Nou. Antes han tenido problemas Odriozola, Carvajal, Bale, Benzema, Varane... Tan sólo el apendicitis de Isco no se le puede imputar al cuerpo técnico de una deficitaria preparación física. Pero incluso resultó extraño el regreso precipitado del malagueño cuando no se había cumplido ni un mes de una operación de apendicitis aguda. Las consecuencias han sido graves. Las de comprobar cómo Isco no estaba fresco ni con chispa. Las sucesivas bajas han alarmado a la cúpula con episodios extraños. Bale se quejó en el derbi de unas molestias y no jugó la segunda parte. Benzema cayó lesionado en la primera parte contra el Alavés y el galés volvió a pedir el cambio en la segunda parte, pero antes de irse decidió lanzar una falta. Rocambolesco.
Al mal juego, las derrotas, la imagen de equipo frágil, jugadores fuera de forma, despistes y la falta de tensión se unen hechos que se consideran graves en el club. Como los pelotazos de Sergio Ramos a Reguilón en un entrenamiento que evidenciaban los nervios del capitán. Extensible a una plantilla que ha pedido públicamente la continuidad de Lopetegui para decir que estaban a muerte con el técnico. Pero no demostraron ese compromiso en el campo. Extraño también fue el enfrentamiento de Marcelo con los periodistas para reprocharles que tenían envidia de los futbolistas.
La gota que colma el vaso, en los asuntos extradeportivos, han sido las declaraciones de Sergio Ramos en Barcelona para opinar sobre cómo tiene que ser el entrenador ideal: "La gestión del vestuario es más importante que el conocimiento técnico del entrenador" o "el respeto se gana, no se impone". Lo futbolístico, la gestión y lo extrafútbolístico se ha llevado por delante a Lopetegui. No se puede perder de vista el recelo de una directiva que ha apostado por el fichaje de Vinicius. El brasileño se quedó en la grada del Camp Nou -descartado- después de que el club presentara dos recursos a la sanción que recibió con el filial. Produjo desconcierto. La brecha entre los dirigentes y Lopetegui se hizo grande. Insalvable.
FUENTE: Con información de ULISES SÁNCHEZ-FLOR https://www.elconfidencial.com