
"No prometemos renunciar al uso de la fuerza y nos reservamos la opción de tomar todas las medidas necesarias”, apuntó Xi Jinping durante su intervención, en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín. El presidente chino indicó que ésta iría dirigida contra fuerzas externas y "el pequeño número de separatistas” de la isla.
Aunque el discurso de Xi Jinping adopta una línea dura contra la soberanía política y las libertades de la isla, es, en el fondo, conciliatorio. Al menos si se compara con el que pronunció en marzo de 2018, cuando aseguró que China no cedería “ni una sola pulgada de nuestra tierra” y que el gigante asiático estaba preparado para “luchar la sangrienta batalla contra nuestros enemigos”.
"China debe ser y será reunificada. (…) La independencia deTaiwán es un callejón sin salida", apostilló este miércoles el líder chino, para quien se trata de "una conclusión histórica sacada durante los 70 años de relaciones a través del Estrecho, y una obligación para el gran rejuvenecimiento de la nación china en la nueva era”. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de Á. MARTÍNEZ - https://www.elconfidencial.com