
A partir de entonces, el economista de Chantada (1944) inició una meteórica carrera en el sector bancario, más de 20 años en primera línea de fuego, para dar forma a un gigante internacional como BBVA. Nada que él mismo pudiera imaginar cuando daba sus primeros pasos como programador en la tecnológica ITT en Alemania o como responsable comercial de Nixdorf a su regreso a España. Su gran apuesta profesional, de hecho, fue por el incipiente mercado de valores, para el que opositó como agente de Cambio y Bolsa, tras lograr antes el título de corredor de Comercio. En un país con muchas cosas por hacer, aquel incipiente sector puso en el mismo camino a muchos futuros líderes de grandes compañías cotizadas como el propio Manuel Pizarro, César Alierta, Ignacio Garralda, Pedro Guerrero o Juan Carlos Ureta.
Aunque no tenía el pedigrí político de sus colegas Pizarro (nieto de Gobernador Civil de Teruel e hijo de procurador en Cortes) o Alierta (hijo del alcalde de Zaragoza), su ambición profesional sí estaba a la altura. En 1987, González abandonó la firma Renta 4, una de las pioneras del emergente mercado de valores, para llevar a cabo su propio proyecto FG Inversiones Bursátiles, igual que sus compañeros de generación fundaron por esos años las firmas de valores Ibersecurities o Beta Capital. Primero creó un negocio que daba servicio de intermediación bursátil a viejas cajas de ahorro (algunas accionistas) y luego lo amplió al más lucrativo servicio de mercado de capitales, cometido para el que reclutó a un joven Juan Fábregas, con el tiempo futuro responsable para nuestro país del gigante francés Calyon. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de CARLOS HERNANZ - https://www.elconfidencial.com