Sin embargo, es precisamente vendiendo estos productos como una célula terrorista radicada en Melilla podría haber estado financiándose durante meses, aprovechándose del sistema fiscal europeo para defraudar a la Hacienda danesa varios millones de euros y otros tantos a proveedores privados, según el sumario de la Guardia Civil y varios informes de la Hacienda danesa sobre empresas vinculadas a miembros del grupo.
Según la investigación Grand Theft Europe, coordinada por el medio alemán sin ánimo de lucro 'Correctiv' y en la que participan una treintena de medios europeos, existen 42 empresas relacionadas en mayor o menor medida con una célula islamista radical surgida en Melilla en el año 2010. Seis miembros del grupo fueron detenidos en 2014 y se encuentran en la actualidad cumpliendo una condena de seis años de prisión. Dos de ellos fueron directores de empresas en Dinamarca, a pesar de no contar con ningún tipo de experiencia en este tipo de negocios. Otro miembro de la célula fue enviado a Mali, donde murió en combate mientras ejercía como director de una empresa de bebidas danesa.
Pero ¿cómo acabaron tres melillenses sin alguna formación empresarial dirigiendo empresas en Dinamarca?
Todo se remonta a 2005, cuando el líder de la célula yihadista Mustafá Al Lal Mohamed, alias 'el Dóberman', Rachid El Bachiri y Benaissa Laghmouchi (uno de los primeros españoles en hacer la yihad) viajaron rumbo a Dinamarca. Allí se encontraron con Kenneth Sorensen, conocido yihadista danés que murió en 2013 y con Mohamed El Mahdaoui, un marroquí-danés que fue detenido en España en 2017 acusado, precisamente, de financiación terrorista, entre otros delitos. Su figura es clave para entender el entramado societario que se desplegó a medida que la célula crecía. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de MARÍA ZUIL - El Confidencial