
La paradoja, en este caso, es que podrá gobernar en muchos municipios (en 2.523 ha logrado ya mayoría absoluta) sin ser el partido más votado. Es decir, en contra de una de sus señas de identidad electorales, que históricamente han pasado por entregar el gobierno municipal a la candidatura más votada. ¿La razón? Al tratarse de unas elecciones muy polarizadas entre derecha e izquierda, el ganador en cada uno de los bloques se lo lleva todo. Y en este caso, ha beneficiado al PP.
Algo parecido le sucede al Partido Socialista, que ha emergido como claro ganador de las elecciones municipales, aunque no hay que olvidar que el 29,26% obtenido este 26-M es su tercer peor resultado en 40 años de democracia municipal (solo empeorado por lo que ocurrió en 2011 y 2015). Como le ocurre al PP, gobernará, sin embargo, en muchos territorios por ser el partido más votado de la izquierda (ya ha logrado mayoría absoluta en 2.245 alcaldías). ->>Vea más...
FUENTE: Con información de CARLOS SÁNCHEZ - El Confidencial