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martes, 2 de julio de 2019

(España) Guerra entre el amante y la familia de Julián Reyzábal por la herencia del Windsor

"Le conocía desde 1992. Al principio le conocí en una discoteca, luego para trabajar. La relación al principio era laboral, de acompañante, de chófer, pero luego sentimental a lo largo del tiempo...". Con estas palabras definió el propio Ali Atwan (nombre ficticio) la relación que durante casi dos décadas mantuvo con Julián Reyzábal, uno de los siete hermanos de la famosa saga empresarial, cuyo apellido ha quedado para siempre ligado al desaparecido edificio Windsor.

Precisamente, el incendio del icónico rascacielos y su venta a El Corte Inglés, junto a otros activos de Inmobiliaria Asón por cerca de 500 millones de euros, marcan el punto de inflexión de esta historia. Todo un drama familiar tras el que se esconde casi una década de denuncias, juicios y cambios testamentarios sobre la millonaria herencia de Julián Reyzábal, un legado que todavía hoy se disputan la familia del empresario y los hermanos Ali, Hassan y Nazem Atwan (también, nombres ficticios).

Los tres acaban de ver restituido su honor por la Audiencia Provincial de Madrid que, en un fallo del pasado 3 de mayo, al que ha tenido acceso El Confidencial, los absuelve de los delitos de estafa continuada y apropiación indebida a que se enfrentaban desde que, el 26 de marzo de 2010, Florentino, Jesús y Milagros Reyzábal, hermanos de Julián, les denunciaran ante la Policía Nacional.

A partir de ese momento, empezó un auténtico calvario para los hermanos Atwan, que vieron cómo el juzgado de instrucción número 4 de Madrid abría diligencias previas y ordenaba su detención, el bloqueo de sus cuentas, la incautación de sus bienes y el registro de sus domicilios. Una pesadilla que ha durado casi una década, hasta el reciente fallo de la Audiencia Provincial.

Con este pronunciamiento en su mano, los tres hermanos preparan una demanda en vía civil, pretendiendo la invalidez del testamento de Julián Reyzábal; una querella contra Florentino y los herederos de Milagros y Jesús por acusación falsa, y otra demanda por daños y perjuicios. Una ofensiva dirigida a que se reconozca ya no solo el daño que se les ha causado, con pérdida de parte de su patrimonio al haber tenido bloqueado su acceso a él, sino a que se les restituya como legítimos herederos.

Toda una amenaza para las cuentas de la familia Reyzábal, ya que los Atwan defienden tener derecho a un legado que podría llegar a superar los 70 millones de euros brutos, cifra que supone llevarse el grueso del dinero que Julián recibió por la venta de Asón, cheque que se cobró en diciembre de 2006. ->>Vea más...

FUENTE: Con información de RUTH UGALDE - El Confidencial

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