
Sánchez ha comparecido públicamente tras reunirse con Felipe VI en el Palacio de Marivent, en Mallorca, en una cita —a la que llegó una hora tarde— que calificó de rutinaria pero que se inserta en un momento de bloqueo político y bajo la amenaza de una repetición electoral el próximo noviembre. Está dispuesto, dijo, a “empezar de cero”. De ahí, explicó, la ronda abierta con representantes de la sociedad civil, con quienes formulará un programa de gobierno que presentará al resto de partidos políticos. No hubo ni un guiño, ni un gesto, nada, hacia Unidas Podemos, con quienes desde Moncloa no tienen previsto retomar los contactos hasta después del 19 de agosto. De momento, el silencio se ha apoderado del partido de Iglesias, salvo para reprochar a Sánchez su enrocamiento contra una coalición.
Desconfianza "recíproca"
El candidato socialista expresó abiertamente que la fórmula de un Gobierno de coalición, condición indispensable de Unidas Podemos para apoyar al presidente Sánchez, está agotada y no volverá a reabrirse por parte del PSOE. Esto cercena las posibilidades de acuerdo. “De tanto hablar de esa supuesta desconfianza del PSOE en la acción de gobierno, de tantas veces decir que no se fía del PSOE, he pasado a desconfiar yo también de las posiciones del señor Iglesias y de Unidas Podemos”, recalcó Sánchez abiertamente, asumiendo lo que es un secreto a voces, que las relaciones entre estos dos partidos están ahora mismo rotas. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de ISABEL MORILLO - El Confidencial