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miércoles, 20 de noviembre de 2019

El secreto de los centenarios está en el sistema inmunológico

Vivir muchos años y bien es una aspiración universal. ¿Quién no recuerda al histórico político Santiago Carrillo con su eterno pitillo y un discurso ágil hasta el momento de su muerte, a los 97 años? O menos conocido para el público general, pero más extraordinario, el oftalmólogo español Galo Leoz, que falleció a los 110 años y 276 días, siete años después de jubilarse.

Desvelar el secreto de la longevidad, y más aún el de los supercentenarios (aquellos que sobreviven más de 110 años), es un asunto tan clásico como candente para los científicos, y muestra de ello es el Longevity World Forum, celebrado la semana pasada en Valencia. Hay muchos candidatos a responsables de la longevidad (la longitud de los telómeros y los genes son de los más conocidos), y ahora ha entrado en escena uno nuevo del que se ha oído hablar poco en este terreno: se trata de un tipo de células del sistema inmunológico, los TCD4 citotóxicos (matan a otras células). Los TCD4 de forma fisiológica carecen de esa capacidad de defensa frente a infecciones u otras enfermedades (como los tumores), pero se han transformado y han perdido su función auxiliar original para adquirir propiedades destructoras.

Un grupo de investigadores del Centro Riken, de Yokohama (Japón), ha encontrado que los supercentenarios tienen cifras muy altas de CD4 citotóxicos (de hasta el 80% de todas las células T), mucho más que las personas más jóvenes (tienen como máximo el 20% de los linfocitos T) y esa gran cantidad de células procede de una expansión clonal, un hallazgo que han publicado en la revisa 'PNAS'. Los científicos piensan que la conversión de las células TCD4 en la variedad citotóxica puede ser una adaptación al envejecimiento.

Los estudios se llevaron a cabo en muestras de sangre de un grupo de supercentenarios (Japón, y concretamente Okinawa, se caracteriza por la extraordinaria longevidad de muchos de sus habitantes) y se compararon con las de personas de entre 50 y 80 años de edad. Kosuke Hashimoto, el primer autor del artículo, explica que el objetivo del trabajo es "estudiar a este grupo de personas supercentenarias, porque son un buen modelo de envejecimiento saludable, y esto es importante en sociedades como Japón, donde se está produciendo un envejecimiento de la población". ->>Vea más...

FUENTE: Con información de Ángeles Gómez - El Confidencial

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