Verbalizaba así la que va a ser su gran lucha en los próximos años. El níquel es un metal industrial vital para Tesla y para cualquier actor del mercado de la automoción eléctrica. Según explica el Nickel Institute, las baterías de iones de litio que contienen níquel tienen una mayor densidad y una capacidad más alta de almacenamiento, reduciendo así los costes.
Recortar los gastos en este componente es clave para Tesla, pues es el más costoso con diferencia. Actualmente sus proveedores más importantes de baterías son la surcoreana LG Chem y la japonesa Panasonic. La primera fabrica las baterías con una mezcla de níquel, cobalto y manganeso, mientras que la segunda sustituye este último metal por aluminio. En cuanto a comportamiento no hay muchas diferencias.
El problema para Musk es que la demanda mundial de níquel está creciendo, debido a que cada vez hay más competidores en el mercado del coche eléctrico. Según los datos de Wood Mackenzie, el consumo de este metal para las baterías va a dispararse un 64% en los próximos cinco años. De la misma forma que crece el apetito en el mercado también lo va a hacer el precio: los analistas de Bank of America pronostican que el precio de la libra, situado a día de hoy en 585 céntimos, se puede ir hasta los 907 céntimos en el otoño de 2021.
"La demanda de níquel se va a disparar", señalan desde la entidad estadounidenses, apuntando a Indonesia y Filipinas como los mercados clave por su capacidad de producción y de almacenamiento. Para Mabeen Tahir, analista de WisdomTree, "la rentabilidad del níquel ha superado fuertemente a la cesta de metales industriales". ->>Vea más...
FUENTE: Con información de ANTONIO MARTÍN - El Confidencial