Ubicada en Córdoba, a pocos minutos en carro de su capital Montería, el “Ubérrimo” se ha erigido como uno de los epicentros del poder en Colombia. Allí, Uribe no solo pasa vacaciones o se queda por largos periodos de tiempo, atendiendo él mismo su ganado o sus caballos, sino que también la usa como centro de reuniones importantes, donde se han tomado grandes decisiones para su carrera política y para el país.
Según declaraciones del mismo Uribe Vélez, “Ubérrimo” es un término bíblico que significa “tierra de promisión (…) tierra fértil”, un nombre que, según afirma, denomina a esa hacienda hace más de 100 años.
Sobre el lugar se ha especulado largamente, en especial sobre su extensión, la cual no se sabe a ciencia cierta. A raíz de la declaratoria de prisión domiciliaria contra el expresidente estos mitos volvieron a revivir en publicaciones de redes sociales, afirmando que “la casa por cárcel de Uribe tiene 123 mil hectáreas”.
Dicha información, que estaba acompañada por un supuesto mapa de la finca, fue desmentida por Colombian Check en 2019, demostrando que las 123 mil hectáreas que se mostraban en el engañoso mapa corresponderían a una amplia región de Córdoba “demarcada de forma aproximada por el circuito de vías Montería-Cereté-Ciénaga de Oro-La Ye (Sahagún)-El Viajano (Sahagún)-Pueblo Nuevo-Planeta Rica-Montería”.
En esos límites quedan pueblos enteros, como San Carlos, Ciénaga de Oro y partes de Cereté Sahagún, Pueblo Nuevo, Planeta Rica y Montería.
Para tener un dato más cercano a la realidad hay que remitirse a las propias declaraciones de Uribe, quien ha dicho que, sumadas, todas las tierras de su familia alcanzan las 1.660 hectáreas.
Así mismo, en 2017 le dijo a Blu Radio que el Ubérrimo tiene cerca de 1.500 hectáreas. Esto quiere decir que la extensión de la hacienda es equivalente a unas 3.000 canchas de fútbol.
Otro dato sobre la extensión de la finca del expresidente se puede encontrar en el libro “Por las sendas del Ubérrimo”, una investigación hecha por el senador Iván Cepeda -la contraparte en el proceso que contra Uribe lleva la Corte Suprema- y el exrepresentante a la Cámara Alirio Uribe, ambos miembros del Polo Democrático, un partido de oposición.
El libro, publicado en 2014, incluso es menos generoso que el propio expresidente ya que afirma que la hacienda tiene 61 predios que sumaban 1.311,2 hectáreas.
En esa investigación, Cepeda retoma el testimonio del exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, quien era el mayordomo de la hacienda Guacharacas, propiedad de la familia Uribe, y que señala al expresidente y su hermano Mario como los fundadores del Bloque Metro de las Autodefensas Unidas de Colombia.
Ese testimonio, recogido por Cepeda durante sus visitas a las cárceles colombianas como miembro de la Comisión de Paz del Congreso de la República, es la génesis de la disputa jurídica que derivó en el arresto domiciliario del expresidente.
Uribe denunció a Cepeda ante la Corte Suprema en 2012 y en 2014 tras un debate del senador del Polo en el Congreso, aceleró el proceso presentando evidencias que señalarían a Cepeda de manipular testigos. Durante su investigación el Supremo determinó que el Cepeda no había incurrido en tal ilícito y que había evidencia para investigar a Uribe por esos mimos hechos.
Además de la prisión domiciliaria dictada contra el expresidente -que fue decretada para evitar que interfiera con el proceso judicial y no significa una condena- un juzgado distinto a la Corte Suprema dictó medida similar al abogado Diego Cadena, que prestando servicios a la defensa de Uribe habría sido quien contactó y pagó los sobornos a los testigos que hoy tiene detenido al expresidente.
Cepeda también había escrito años antes otro libro sobre la finca titulado “A las puertas del Ubérrimo” y publicado en 2008 cuando a Uribe le quedaban dos años de mandato y empezaba a buscar modificar la Constitución para que se le permitiera aspirar a un tercer periodo.
La publicación era una crónica que recogía el surgimiento del paramilitarismo en Córdoba y cómo durante la presidencia de Uribe este fenómeno había cooptado casi todos los estamentos de poder en ese departamento, hasta el punto de que, en su capital Montería, se erigió una estatua en honor a Carlos Castaño, el comandante jefe de las AUC.
Se cuestionaba Cepeda que el expresidente no supiera de estas actividades de los paramilitares y que estos hubieran amasado tanto poder literalmente a las puertas de la hacienda donde el entonces mandatario colombiano tenía casi que una sede alterna de su Gobierno.
En ese mismo lugar permanece hoy Uribe, aislado y en confinamiento por el positivo que dio a la Covid-19, su prisión domiciliaria la pagaría allí a menos que pida traslado a otra de sus propiedades, su fica de Rionegro, Antioquia.
FUENTE: Con información de Jorge Cantillo - Infobae