En conferencia de prensa, el fiscal superior segundo de Drogas, Eduardo De La Torre, explicó que la organización que comandaba este tráfico, ligada al Clan Úsuga, el cual opera en el área del golfo de Urabá, atlántico de Colombia, se movilizaba a través de un buque carguero, en el cual escondían, mediante un doble fondo en el casco, los alijos de droga que serían transportados a diferentes puertos en los que atracaría el buque.
En el arresto de este contingente de personas, se incluyen dos capitanes, un sargento y un agente de la Policía Nacional, así como una funcionaria del Ministerio Público, y un abogado, quien se encargaba de supuestamente sobornar funcionarios, para lograr su cooperación en estas operaciones.
Marcos Córdoba, a cargo de la Dirección de Investigación Judicial, indicó que esta tripulación no solo realizaba el tráfico de la sustancia ilícita de puerto a puerto, sino también acciones de sicariato, "tumbe" de droga y otras vinculadas, incluiyendo el secuestro y lavado de dinero.
Las investigaciones arrojan que los cargamentos de droga llegaban en barcos a las costas panameñas provenientes de Colombia. Una vez en el país, la droga era movilizada en vehículos con doble fondo desde la ciudad capital, Colón y Chiriquí, y desde ahí a Costa Rica con rumbo al norte.
El decomiso, según el fiscal De La Torre, fue en esta ocasión de dos toneladas de droga, valorada en $400 millones en los mercados estadounidenses y europeos.
Las nacionalidades de los marinos incluyen venezolanos, colombianos, mexicanos, guatemaltecos, cubanos y panameños. Según la fiscalía, tres de estos colombianos fueron extraditados a Atlanta, Estados Unidos, por el delito de conspiración para ejercer tráfico y distribución de droga en este país.
FUENTE: http://laestrella.com.pa