Durante los últimos días no se ha dejado de escuchar esa palabra, Tabarnia, que se presenta como una clara crítica a los argumentos independentistas en Cataluña pero que, sin embargo, esconde una tendencia separatista que, según las estimaciones del Departamento de Defensa británico, irá en aumento. Según su último informe sobre tendencias globales, este impulso por secesionarse de la entidad a la que se pertenece no solo ocurrirá del modo en el que los independentistas catalanes han tratado de actuar, sino que se darán situaciones en las que grandes urbes reclamarán derechos especiales —y espaciales—, incluso llegando a pedir convertirse en entidades independientes.Precisamente este es el movimiento que se deja ver en la iniciativa de Barcelona is not Catalonia para crear una hipotética comunidad autónoma de corte constitucionalista que hipotéticamente se independizaría de una hipotética Cataluña independiente: la famosa Tabarnia. Si bien es cierto que es una broma llevada al extremo, un intento de que el independentismo vea en ese 'espejo constitucionalista' cómo se desarman sus argumentos en búsqueda de la independencia, de cumplirse las previsiones del Gobierno británico y en caso de que otros se sumaran a esta vorágine de intentos de buscar la independencia de lo ya independizado, la hipotética comunidad autónoma de Tabarnia se convertiría en una auténtica 'matrioska' en la que de cada muñeca saldría una nueva muñeca rusa tratando de buscar su lugar en el mapa.
En El Confidencial hemos hecho un análisis de los resultados de las elecciones autonómicas del pasado 21-D: el bloque independentista cosechó un apoyo inferior al 50% en las provincias de Tarragona y Barcelona, las que conformarían esta región, mientras que en Lleida y Girona el apoyo a los partidos soberanistas estuvo por encima, en ambos casos, del 60% de los votos. Sin embargo, y en virtud de la propuesta de división administrativa de esta nueva comunidad autónoma —una región dividida en dos, Alta Tabarnia y Baja Tabarnia—, no en todos estos territorios salieron vencedores los partidos constitucionalistas.
Las comarcas que integrarían Tabarnia serían, en la zona tarraconense, Bajo Campo y Alto Campo, Tarragonés y Alto Penedés, dejando en la 'zona catalana' Conca de Barberá, así como la zona de Priorat y las tierras del Ebro. La Tabarnia barcelonesa, por su parte, englobaría desde la zona del Garraf y el Alto Penedès, la mitad de la comarca de Anoia y de Bages —las otras mitades serían la 'Anoia catalana' y el 'Bages catalán'—, el Vallès Occidental, el Bajo Llobregat, Barcelonés, el Maresme, el Vallès Oriental y la 'Selva española', otra de las comarcas que quedaría atravesada por una frontera ficticia que dejaría fuera el área 'catalana'.
Por lo que dentro de esta imaginaria tierra podrían surgir nuevos movimientos secesionistas en busca de la autodeterminación que impulsaran su independencia de Tabarnia, que habría hecho lo propio para separarse de la zona 'indepe' que sí busca, en la realidad, dejar de formar parte de España. Así, en la zona principalmente 'tabarnesa' podrían darse pequeños enclaves 'indepes', favorables a la independencia —o, en su defecto, a la adhesión a la zona 'indepe' de Cataluña—, como los municipios de la Nou de Gaià, la Riera de Gaià y Alfafulla, en el Campo tarraconés, Ullastrell, en el Vallès Occidental, o en Torrelles, San Climent y Beges, del Bajo Llobregat.
En cambio, en varias de las zonas de Tabarnia en las que el pasado 21-D salió vencedor el bloque independentista se encontrarían algunos enclaves constitucionalistas que quedarían completamente rodeados por terreno 'indepe', como Querol, en la comarca de Segarra, el Pont de Vilomara y Rocafort y Castellgalí, en la comarca de Bages, o Mataró, en la comarca del Maresme.
FUENTE: TAMARA FARIÑAS - ANTONIO HERNÁNDEZ - https://www.elconfidencial.com - (PULSE AQUÍ)
