PUEDE LEER TODAS LAS SEMANAS LOS EXCELENTES TRABAJOS PERIODÍSTICOS DE LOS DANIELES EN INFORME25.COM

martes, 6 de febrero de 2018

Algoritmos y miedo a los récords: así se ha cocinado el último ‘crash’ de las bolsas

El 'crash' de 1929 necesitó que el pánico envolviera a todos los agentes económicos y ‘traders’ de Wall Street. En los tiempos modernos, hace falta mucho menos: basta con los algoritmos.
La bolsa neoyorquina vivió este lunes su peor sesión bursátil desde 2011. De hecho, y como anécdota, si se mide la variación en los puntos del Dow Jones, es el mayor desplome de la historia, ya que se dejó 1.175 puntos. En puntos porcentuales, el retroceso fue del 4,6%. El S&P 500 perdió un 4,1%, mientras que el Nasdaq retrocedió un 3,78%.

La ola de ventas se acrecentó a última hora, con los mercados asiáticos y europeos cerrados. Este martes, la sangría de Wall Street se extiende por todas las bolsas, con descensos del 2,5% para el Ibex 35, el más fuerte desde la crisis catalana, y del 2% para el Euro Stoxx. El euro rebota para situarse al borde de los 1,24 dólares, mientras que el petróleo cede cerca del 1%, con el Brent en los 67 dólares. También sigue la corrección en Nueva York, con descensos en torno al 0,5% y mucha volatilidad. En tres días consecutivos en rojo, el Dow Jones cede ya un 8% y se va a niveles de principios de diciembre.


La pregunta que se hacen ahora los inversores, y ante la que dudan los analistas, es si es momento de comprar. Para responder a esto, primero, “hay que tener en cuenta que no hay una forma barata de buscar protección una vez que la volatilidad se ha desatado”, señala Andrew Bresler, ejecutivo de Saxo Bank.

Precisamente, el movimiento más llamativo del mercado en este inicio de semana ha sido el de la volatilidad. El VIX, un índice que cotiza en Chicago y que recoge las fluctuaciones de Wall Street con una correlación inversa a la bolsa, se dispara más de un 100% hasta máximos desde 2011. Es decir, por encima del pico de agosto de 2015, cuando los mercados de renta variable se hundieron ante las devaluaciones del yuan chino, o de junio de 2016, con el Brexit. "Es el movimiento más grande jamás visto en un día, según Goldman Sachs, y ha provocado la liquidación de algunos ETF 'reversal' [correlación inversa] de volatilidad donde estaban posicionados inversores minoristas", señalan en Cygnus.

“Resulta extraño esperar volatilidades en mínimos históricos en un periodo de normalización de las políticas monetarias”, advirtió Beltrán de la Lastra, presidente de Bestinver, a sus clientes antes de esta corrección. En realidad, hubo muchas advertencias por la combinación de los récords en Wall Street y los mínimos de la volatilidad.

Pero lo que resultó sorprendente, y que no entraba en los cálculos de la mayoría, es el retroceso final de Wall Street. A hora y media del cierre, el Dow Jones cotizaba en los 25.000 puntos, con un descenso del 2%, ya de por sí pronunciado, mientras Wells Fargo (que no está en el Dow Jones pero provocó un efecto arrastre) se desplomaba un 9% por una sanción de la Fed. Sin embargo, en los últimos 90 minutos de sesión el Dow perdió 750 puntos adicionales, hasta una caída del 4,6%.



Ventas automáticas
“Las caídas bursátiles estuvieron dominadas por las ventas cuantitativas, es decir, causadas por la distorsión del mercado creada por los flujos pasivos de ETF ‘smart beta’ y los llamados ‘robo advisor”, avisa Bresler, de Saxo Bank. “Algunas plataformas web se bloquearon y los clientes no podían acceder a sus cuentas ni salir”, añade. "El fuerte repunte del VIX hizo saltar las alarmas de muchas plataformas electrónicas, lo que precipitó el enorme batacazo", apuntan por su parte en Tradition Equity.

En la misma línea, en Link Securities explican que lo sorprendente del ‘crash’ fue su violencia, motivada por algo que “parece consustancial con los cada vez más abundantes sistemas de ‘trading’ de alta frecuencia”. Los expertos están asumiendo que los algoritmos de los programas automáticos de inversiones marcan estos movimientos tan abruptos: “Se especula con que el disparo de órdenes automáticas en el mercado pudo acelerar las caídas”, señala Victoria Torre, responsable de desarrollo de Self Bank, haciendo referencia a que se pusieron en funcionamiento los ‘stop loss’ o ventas automáticas cuando un valor o índice sobrepasa un nivel prefijado.

Como añadido, "hay un factor extraordinario en el mercado que es una estructura cotizada sobre volatilidad [un ETN] con un volumen de 500 millones de dólares en manos de entidades financieras como 'hedge funds' y bancos. Este ETN cerró a 99 dólares con una pérdida de 14,32%. Sin embargo, en el 'after hours' [cotizaciones con el mercado cerrado] su cotización bajó a 15,43 dólares, lo que supuso una caída de cara a la apertura de hoy del 84,4%", expone Juan Antonio Sanz, director de gestión cuantitativa de ATL Capital. "El rumor de que pararon la cotización de este ETN en varias ocasiones y su posterior desplome generó y genera una gran incertidumbre añadida. Este factor fomentó las ventas en Wall Street", agrega.

Vértigo ante los récords
Es decir, los algoritmos y los derivados amplificaron la caída que, de todos modos, ya se estaba produciendo. Y no solo este lunes, ya que Wall Street viene de sufrir la peor semana en dos años, con un descenso del 2% en los principales índices. En este sentido, la transición de poder de la Reserva Federal (Fed) ha disparado el nerviosismo en un mercado intranquilo por los continuos máximos históricos.

Los inversores han descrito el entorno actual como ‘goldilocks’ o ‘ricitos de oro’, con crecimiento sólido y baja inflación. “El crecimiento económico y los beneficios empresariales sostienen las valoraciones”, señaló José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis, la semana pasada. Más del 80% de las compañías de las 266 del S&P 500 que han publicado sus cifras anuales ha batido expectativas. No obstante, Jaime Albella, director de ventas para España de AXA IM, recuerda que el año pasado la expansión de la bolsa estadounidense fue mayor que el aumento de los beneficios, con lo que este año podría suceder lo contrario.

¿Y si la economía ha crecido 'demasiado'?
Las casas de inversión han comenzado 2018 con dos mensajes. Por una parte, optimismo hacia las bolsas. Por otra, que la inflación es un riesgo que hay que vigilar. Hasta ahora, los inversores se quedaron con el primero, pero durante los últimos días han comprado el segundo mensaje de forma amplificada, ante el vértigo que dan las valoraciones, que en Value Tree calculan que están en un nivel que duplica la media histórica. "Estamos viendo una recogida de beneficios guiada por las extensas valoraciones y las preocupaciones sobre la inflación", resume Andrew Milligan, director de estrategia global en Aberdeen.

El comunicado del miércoles tras la última reunión de la Fed presidida por Janet Yellen, que este lunes dejó el testigo a Jerome Powell, el elegido por Donald Trump, rompió la complacencia de la que advertían algunos expertos. La autoridad monetaria elevó sus expectativas sobre la inflación, que espera que se sitúe en torno al 2% en 2018, pese a que no es habitual que haya cambios en sus discursos cuando no hay comparecencia posterior del presidente ni actualización de perspectivas.

Ahora el miedo es que se sobrecaliente la economía y la Fed tenga que subir demasiado rápido los tipos, especialmente ante el auge de los costes salariales, por eso primero ha habido una ola de ventas en renta fija, con el bono estadounidense alcanzando una rentabilidad del 2,7% (ha llegado al 2,8%), y finalmente en las bolsas. “Hemos identificado posibles fragilidades del mercado”, avisan en Allianz, que enumeran: valoraciones elevadas, normalización de las políticas monetarias sin estar totalmente valoradas, datos macro que podrían decepcionar y signos de complacencia.

También hay expertos que creen que el 'crash' no altera el ciclo de beneficios. "El escenario sigue siendo positivo", asegura Rosa Duce, economista jefa de Deutsche Bank en España, que cree improbable que la Fed endurezca demasiado la normalización de su política al tener un presidente recién llegado.

Aun así, la complacencia parece rota. “Ha habido una huida de los activos de riesgo”, señala Jorge González, director de inversiones de Tressis, aunque esta vez el oro no sube con fuerza con la corrección de las bolsas. Sí sube el bono alemán, cuya rentabilidad baja por segundo día consecutivo, hasta el 0,67%. Como siempre recuerdan los expertos, el dinero es miedoso.

FUENTE: Con información de ÓSCAR GIMÉNEZ - https://www.elconfidencial.com - (PULSE AQUÍ)

LEA...

 

LO + Leído...