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jueves, 8 de febrero de 2018

Una pulsera de Amazon controla empleados 'vagos'. ¿Puede usarla tu jefe en España?

Quien haya visto la serie 'Black Mirror' seguro que ya se ha planteado qué fue antes, si la serie o la realidad. Lo que se debatió en el Parlamento italiano el pasado viernes bien podría ser parte de un guión para alguno de sus capítulos más que formar parte del orden del día en la Cámara del país. Italia ha rechazado que Amazon pueda rastrear la ubicación de sus empleados con un 'wearable'. "Las únicas pulseras que se hacen en Italia son las de las joyerías", ha sentenciado el ministro de Desarrollo Económico, Carlo Calenda, negándose en rotundo a que la tecnológica pueda 'trackear' en todo momento qué hacen sus empleados.

El 'wearable' de la discordía consiste en una pulsera que puede rastrear los movimientos de los trabajadores de Amazon en sus almacenes y "ayudarles a encontrar los productos" que deben empaquetar, según los documentos de la patente avanzados por WeekWire. Sin embargo, una interpretación mucho menos generosa sobre las utilidades de esta pulsera sería que la multinacional podrá utilizar esta tecnología para saber si sus empleados están alargando sus descansos o utilizando demasiado tiempo en el baño.

Para salir al paso, Amazon emitió este lunes un comunicado: "La especulación sobre esta patente está equivocada. Cada día, compañías de todo el mundo hacen que sus empleados utilicen escáneres de mano para rellenar o comprobar los inventarios. Esta tecnología, si se implementa en el futuro, permitirá mejorar estos procesos. Mediante este tipo de dispositivos podríamos liberar sus manos de los escáneres y sus ojos de las pantallas del ordenador"

Sin embargo, la compañía ya tiene una reputación dudosa sobre su política de empleados. De hecho, en 2016 una investigación de la BBC sacó a la luz que los repartidores de la empresa se saltaban los límites de velocidad en carretera, dormían en sus medios de transporte para lograr un mayor número de encargos e, incluso, hacían sus necesidades en bolsas para perder el mínimo tiempo posible. De ahí, que la lógica lleve a pensar los posibles otros usos de esta pulsera que por ahora solo ha sido patentada y a la que italia ya le ha puesto barreras.

¿Y España? Por ahora nuestro Congreso no se ha pronuniciado al respecto. Tampoco Álvaro Nadal, ministro de Energía y Agenda Digital. Sí lo ha hecho la Justicia en casos similares a este, pero con resultados aparentemente contrarios. En unas ocasiones se han pronunciado a favor del trabajador y el derecho a su intimidad; en otros considerando que la recogida de datos de geolocalización no vulnera la intimidad del empleado. Todo depende de las formas en las que se llevó a cabo el rastreo de la ubicación del trabajador.

Pero todas esas sentencias son papel mojado, opina Fabián Valero, abogado laboralista y director de Zeres abogados. La sentencia Barbulescu es la primera pieza del puzle que podría arrojar algo de luz sobre este tipo de polémicas, explica. El Supremo y el Constitucional no se han pronunciado desde que en 2016, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos diera la razón a Bogdan Mihai Barbulescu, un ingeniero rumano al que su empresa despidió por utilizar un chat de la empresa para fines personales.

Consentimiento
Aunque el caso de la pulsera de Amazon y el de este ingeniero rumano son aparentemente distintos, "no lo son desde una perspectiva legal -sostiene Valero- ya que Barbulescu no había sido previamente informado de esta posibilidad", aunque existían normas en la empresa que prohibían su utilización con fines personales. Esto motivó que el TEDH le diera la razón. "No se indicó al trabajador cómo se iba a efectuar este control, además, tampoco quién iba a monitorizarlo", explica. De aquí parte el principal conflicto: el empleado debe dar siempre su consentimiento en este tipo de casos.

En opinión de este abogado es necesario justificar la medida. Es decir, que la empresa pruebe que "no existen otros medios para comprobar o corroborar las sospechas que tiene" de que su empleado pueda estar perdiendo el tiempo o no rindiendo como debería. Por ejemplo, la empresa podría contratar a un detective privado si tiene sospechas de que su repartidor está excediendo en el tiempo que debe tomar de descanso o si un vigilante no está en el lugar que debería estar para hacer su trabajo. Dificílmente puede llegar a ser legal, arguye este abogado.

Sin embargo, no opina igual Pablo Fernández Burgueño, socio co-fundador del despacho de abogados Abanlex: "Si los empleados están informados de los fines con los que se va a emplear este dispositivo, no hay polémica. Utilizar los datos de localización no está prohibido según el Reglamento General de Protección de Datos". De hecho, este abogado arguye que el artículo 20.3 del Estatuto de los Trabajadores "permite al empleador controlar la correcta ejecución de las tareas que tienen asignadas sus empleados".

En el caso de las cajeras que fueron despedidas por robar comida de su puesto de trabajo, Estrabusgo condenó a España a indemnizarlas porque no les había explicado que estaban siendo grabadas. "Ahí sí que existe una intromisión en la vida privada", sostiene. Otro tema es si se utilizan este tipo de datos, por ejemplo a través de aplicaciones móviles, cuando el empleado está fuera del trabajo.

Sin embargo, según este abogado, el consentimiento del trabajador existe desde que "manifiesta libremente su voluntad de utilizarla o a través de una declaración afirmativa, es decir, si se pone la pulsera después de haber sido informado de que van a ser rastrados sus datos". Fernández considera que este tipo de tecnologías podría permitir saber sin un empleado ha sufrido un accidente si, por ejemplo, lleva mucho tiempo parado en el mismo sitio.

¿Sin regulación?
"Tenemos un gran vacío respecto a las plataformas digitales y en base a ese vacío legal se están aprovechando todos esos movimientos, esas formas de trabajo, todo lo que está apareciendo", opina Gonzalo Pino, secretario de política sindical de UGT. Desde el sindicato, explica, no estarían "dispuestos a ese control que sirve para degenerar la relación entre empresa y trabajador".

La opinión de Pino radica en que por mucho que el empleado dé su consentimiento, lo hace por un "temor tremendo". El trabajador "necesita un trabajo y no le queda otra que aceptar un puesto por ejemplo en Glovoo o Deliveroo, que controlan a sus 'riders' mediante una aplicación que localiza la velocidad y trayecto empleado en su recorrido hasta entregar el paquete".

En España no existe aún una normativa "clara y de referencia" para el uso de esta tecnología que proteja al trabajador de "los peligros inherentes al uso malintencionado de sus datos personales", lo que puede produce un "peligroso vacío legal". En opinión del sindicalista, este tipo de tecnologías pueden desembocar en una hiperconectividad laboral que "rompa las barreras entre la vida personal y profesional" y que alejaría al país del derecho a la desconexión laboral que ansía cualquier trabajador al salir por la puerta de la oficina.

Por ello, Pino afirma que desde UGT se exigirá que se establezcan límites y normativas que vigilen el funcionamiento de las 'wereables', su impacto sobre las condiciones laborales y la eficacia real que tienen. Veremos entonces qué fue antes, si 'Black Mirror' o Amazon.

FUENTE: Con información de BORJA RODRIGO - https://www.elconfidencial.com - (PULSE AQUÍ)

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