A pesar de todas las complicaciones médicas, el pequeño ya cumplió dos meses y fue bautizado como Gilang Andika; sin embargo, los médicos de su natal Indonesia aseguran que no pueden operarlo, pues sería una sentencia de muerte.
“Sólo queremos que esté bien, pero los médicos no saben qué hacer”, asegura Ernilasari, la mamá del infante.
Lo que sí pudieron asegurar es que la segunda cara pertenece a su hermano gemelo que no alcanzó a desarrollarse y se adueñó de su cuerpo. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)
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