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jueves, 2 de agosto de 2018

(España) El convento catalán que quiere desmontar en cinco días 500 años de historia

Tal vez el independentismo catalán se ha equivocado de símbolo. Ha llenado las calles, las playas y las solapas de lazos amarillos cuando tenía a mano un símbolo mucho más potente para mostrar al mundo su grandeza moral: la barretina. El gorro folclórico catalán es en realidad un símbolo universal de los pueblos oprimidos en lucha por la libertad y la república. Desde los pueblos de América en sus sucesivas guerras por deshacerse del yugo castellano hasta la misma Revolución Francesa, que inician en Niza y Marsella desposeídos que bebían de la cultura catalano-occitana y llevaban calada un barretina en su camino a París. 'Sans coulottes', gauchos argentinos, criollos dominicanos y otros tantos movimientos insurrectos estarían unidos en hermandad libertaria por la prenda más catalana que se pueda imaginar. Si Carles Puigdemont y toda su plana mayor fueran consecuentes, empezarían hoy mismo a calarse la barretina roja.

Este es el último descubrimiento del Institut Nova Història (INH), la controvertida institución que se ha hecho célebre por sostener que Cristóbal Colón, Miguel de Cervantes y medio Siglo de Oro español fueron en realidad catalanes. Así lo expuso su director de investigaciones, Jordi Bilbeny, en la primera jornada de su universidad de verano, un seminario que consiste en encerrarse cinco de días en un convento de Montblanc (Tarragona) para desmontar 500 años de historia de España. Las distintas ponencias versarán sobre "la falsificación de la historia de Cataluña" y restaurarán la verdad censurada durante siglos por la monarquía castellana y su brazo ejecutor, la Inquisición. Un auténtico 'electroshock' para aquellas mentes no iniciadas, que descubrirán en tan sacro escenario misterios ocultos como que Erasmo de Rotterdam, Santa Teresa de Jesús, 'La Celestina' y el 'Lazarillo de Tormes' fueron, en efecto, catalanes.

De hecho, la barretina no viene sino a confirmar, por si aún faltaran pruebas, el principal caballo de batalla del INH, que Colón fue un noble catalán (Joan Colom Bertran) y que el grueso de su tripulación en las tres carabelas era catalana y zarparon del puerto de Pals (Girona). Todos los marineros calaban barretinas, como era entonces tradición, y este uso se propagó por todo el continente americano a medida que la conquista catalana en nombre de los Reyes Católicos iba avanzando. Bilbeny llega a esta conclusión después de analizar docenas de pinturas de la conquista de América y retratos al óleo de sus principales protagonistas. Otro 'shock': Juan Sebastían Elcano habría sido un marinero catalán en base a la boina que luce en varios de sus retratos.

“Esos españoles, en algunos grabados junto a Colón, llevan barretina. Juan de la Cosa, patrón de la Santa María, cuando posa para la posteridad, se hace retratar con barretina, una prenda que solamente se usaba en las zonas culturalmente catalanas, no en Castilla ni en ninguna otra región española”, dice el investigador. Es más: “El grabador [Theodor] De Bry retrata a hombres con unas barretinas azules construyendo naves en América. ¿Cómo podían unos castellanos o extremeños, que son quienes supuestamente llegaron a América, llevar esa prenda y saber construir barcos? ¿En qué astillero habían aprendido, en el de Badajoz?”. Otro 'shock' más: Bartolomé de las Casas era catalán y sus escritos, simples traducciones.

Los descendientes de estos catalanes llegados en masa a América participarían un par de siglos más tarde en las guerras de independencia de los pueblos americanos, comenzando por la creación de la República argentina. Para demostrarlo, además de innumerables muestras iconográficas, Bilbeny echa mano de los primeros escudos nacionales de países como Argentina, Venezuela, Cuba, Colombia o hasta el estado de Florida. “Todos incluyen una barretina, lo que se debe entender como un símbolo de libertad y república. No tendría mucho sentido que castellanos o extremeños, que en la Península eran antiindependentistas, tras cruzar el Atlántico se volvieran de repente defensores de la liberación de la Corona española de los distintos pueblos. Quizás es más plausible que muchos de los que viajaron a América fueran catalanes y los revolucionarios fueran hijos de esos catalanes primitivos”.

'La Gioconda', 91,6% catalana
Una de las ponencias del curso contra la falsificación de la historia versará sobre 'La Gioconda' o 'Mona Lisa', el cuadro más valioso del mundo. Sin embargo, en la primera jornada ya se lanzó la primera noticia bomba: según todos los indicios, Leonardo da Vinci (o Lleonard, según algunos estudios) pintó la montaña sagrada de Montserrat como escenario del retrato. En base al método científico empleado por el investigador del instituto Albert Fortuny, en concreto el teorema de Bayes, hay un 91,6% de posibilidades de que sea así.

“Si nos basamos en modelos matemáticos básicos, podemos concluir que mucha de la literatura del Siglo de Oro era catalana traducida al castellano del original. Un ejemplo de mala traducción es el 'Quijote”, prosigue el investigador del INH. La ecuación es sencilla. Si la traducción al castellano de Tirant lo Blanch (Tirante el Blanco) contenía unos errores muy concretos de traducción de expresiones y léxico, y esos mismos errores se repiten en otras obras que supuestamente han sido escritas originalmente en castellano, pongamos el 'Lazarillo de Tormes', es muy probable que en realidad sean obras catalanas cuyo original, por desgracia, no ha sobrevivido por culpa de la censura de Estado aplicada con especial fiereza contra la nación catalana en el siglo XVI, agravio histórico del que también dará buena cuenta este singular curso.

Tal vez usted no comparta estas verdades histórica. Puede que incluso suspire incrédulo o reaccione desairado. No se preocupe, es normal. Probablemente esté siendo víctima de un trastorno psicológico que le impide aceptar la realidad. Lo superará, si no es usted obtuso de mente, con una sencilla terapia que puede aplicarse hoy mismo al llegar a casa. Consiste, así en resumen, en despojarse de los prejuicios y dogmas de fe que le marcaron a fuego en la escuela y en su entorno y abrirse a los nuevos aires de conocimiento que soplan desde el Instituto Nueva Historia.

Así lo explicó la psicóloga clínica Neus Rossell en su ponencia 'La historia: unas creencias que generan bloqueo, enfado y rabia', en la que se propuso explicar por qué la sociedad española, y en concreto sus intelectuales, lleva tan mal que un ente tan pequeño como el instituto les pinte constantemente la cara con documentación que demuestra que Colón, Cervantes y varios intelectuales castellanos y europeos de talla mundial de los últimos 500 años fueron en verdad catalanes. “El enfado y la rabia surgen para luchar contra lo que nos agrede o amenaza nuestro amor propio. [Por eso] Hay gente que cuando esas creencias se le acaban reaccionan muy mal, con emociones negativas y no con racionalidad”, explicó la psicóloga a la audiencia.

Es algo tan sencillo como una reacción instintiva de defensa “similar a la de los animales”, agravada por nuestra condición humana. “El humano es el único animal que una vez domesticado no necesita presencia del domador para actuar según le hayan impuesto. Las normas se convierten en valores, y esos valores son impuestos por un colonizador indigno para ese pueblo”, argumentó Rosell mientras mostraba dos diapositivas para ilustrar su argumento: una fotografía de Franco junto a Hitler y otra más reciente del exministro de Educación José Ignacio Wert.

Por desgracia, derribar el muro de los prejuicios es casi imposible en la sociedad española actual, que Rossell da ya por perdida. “Estas personas [por los intelectuales y académicos] están llenas de prejuicios, y perder el favor de los poderosos da miedo”. Por eso, según la psicóloga clínica, hay que trabajar cuanto antes en las escuelas. “La única opción posible es que preparemos a los niños para que sean más críticos con lo que les explican. Preguntarse por ejemplo cómo si Colón era genovés fue a pedir a los monarcas de Castilla ir a descubrir América”. Y concluyó, amparada por un enorme 1714 a sus espaldas: “Nos han llenado de historia española llena de mitos. Tiene que llegar el momento de hacer nuestra historia sin el lazo de Castilla. La libertad no tiene precio”.

FUENTE: Con información de DAVID BRUNAT - https://www.elconfidencial.com - (PULSE AQUÍ)

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