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miércoles, 23 de mayo de 2012

Panamá se aleja de Taiwan

En el congelador. Así están por estos días las relaciones diplomáticas entre Panamá y Taiwan, décima tercera economía mundial, y con la que el país tiene un tratado de libre comercio desde 2003. La causa: la disputa política entre el presidente de la República, Ricardo Martinelli, y el vicepresidente, Juan Carlos Varela.
El conflicto se desencadenó en enero pasado, cuando Varela viajó a Guatemala para participar en los actos de la toma de posesión del actual presidente de ese país, Otto Pérez Molina. En esa oportunidad, el también presidente del Partido Panameñista aprovechó para reunirse con el canciller de Taiwan, Timothy Yang. El encuentro se dio un día después de que los taiwaneses reeligieran por otro período gubernamental a Ma Ying-jeou como presidente de esa nación.

“Vicepresidente Varela se reúne con canciller de Taiwan”, decía una nota enviada a los medios por el equipo de prensa del vicepresidente, con foto incluida (ver arriba) que informaba que Varela “puntualizó la amistad existente entre ambos países y el creciente intercambio comercial entre Panamá y la región asiática”.

LA IRA DE MARTINELLI

La cita Varela-Yang provocó la ira del presidente Martinelli y de inmediato tomó represalias contra Taipei: hasta la fecha se ha negado a recibirle las credenciales a Diego Lin Chou, embajador designado de Taiwan en Panamá, funcionario que está en suelo panameño desde enero de este año.

Taipei le aplicó la misma fórmula a Panamá. Durante casi cuatro meses, se negó a recibirle las credenciales a José Antonio Pérez Iranzo, nuevo embajador de Panamá en la isla asiática [reemplazó en el cargo a Mario Cucalón desde enero de 2012].

Pérez Iranzo, nacido en España y nacionalizado panameño, finalmente recibió el visto bueno del gobierno de Ma Ying-jeou la semana pasada, según fuentes diplomáticas.

LA ESPERA TAIWANESA

En Panamá, Diego Lin Chou espera pacientemente en su despacho de la torre HSBC a que Martinelli lo llame para recibirle sus credenciales.

Y es que el diplomático taiwanés ha visto cómo en los últimos tres meses el gobernante panameño ha recibido las credenciales a seis embajadores, en dos fechas distintas, y no lo incluye a él.

Por ejemplo, el 28 de febrero pasado, Martinelli recibió a los embajadores de Ecuador, Argentina, Brasil y de la Unión Europea.

La semana pasada hizo lo propio con Dwi Ayu Arimami, de Indonesia y con Jonathan Farrar, de Estados Unidos. Este último tiene solo dos semanas de estar en el país: llegó el 10 de mayo pasado.

DONACIONES

Mientras espera, el país asiático reanudó su vieja y controvertida política de darle regalos a Panamá a través de donaciones.

Un boletín de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores, enviado el viernes 27 de abril, y que pasó desapercibido para los medios de comunicación locales, daba cuenta del desembolso, por parte de la nación asiática, de $6 millones para la construcción del Instituto Profesional y Técnico República de China (Taiwan).

De acuerdo con el comunicado, se trataba del primer desembolso para la edificación de la obra. La misma nota de prensa también reportó que este país había donado otros $28 mil 500 para la compra de un vehículo para Cerro Flores, una comunidad pobre en la provincia de Chiriquí.

Los coqueteos taiwaneses con Panamá, con grandes sumas de dinero incluidas, tuvieron su momento cumbre en el gobierno del Cambio, en diciembre de 2010, cuando se hizo pública la donación de $22 millones para la adquisición del Embraer Legacy 600, actual avión presidencial.

El hecho desató un escándalo a nivel internacional, que obligó a altas figuras del Gobierno oriental a hacerle frente a la polémica.

“La donación tiene razones humanitarias y se utilizará para inspeccionar áreas de desastre y para rescates de emergencia, de modo que no es un regalo diplomático”, dijo en aquel entonces el ministro de Relaciones Exteriores de Taiwan, Timothy Yang, el mismo funcionario que, sin proponérselo, hoy está en medio de la disputa entre Martinelli y Varela, por este caso específico.

Otra donación fue la de $29 millones para la construcción de un hospital en Chilibre, obra que no se concretó a raíz de otro desacuerdo entre Martinelli y Varela por el costo del terreno donde se construiría la obra.

LAS REACCIONES

Este diario contactó a Roberto P. Liu, consejero de prensa de la Embajada de Taiwan en Panamá, y le preguntó sobre el particular, pero este informó mediante un correo electrónico que no tenía comentario al respecto.

Desde el Gobierno, el canciller, Roberto Henríquez, aseguró que Varela “quiso hacerle ver al Gobierno de Taiwan que él todavía tiene un rol que jugar en la política, y confundió al Gobierno de Taiwan en ese momento”.

Sustentó su posición en que el también presidente del Partido Panameñista es vicepresidente u opositor político cuando le conviene.

Agregó lo siguiente: “Es inadmisible que el Vicepresidente de un país se haya ubicado como adversario del Gobierno, y salga a nivel internacional a hablar mal de su país. El señor Varela por un lado busca tener un rol diplomático y por otro habla críticamente, y muchas veces va más allá de la crítica sobre la actuación del Gobierno Nacional. Yo creo que ese es un conflicto interno que él va a tener que resolver: es oposición o no lo es”.

Con respecto a la entrega de credenciales a Lin Chou, el ministro Henríquez aseguró que esta es una decisión que le compete estrictamente a la Presidencia, que es la que debe fijar la fecha para recibirlo.

El vicepresidente Varela, consultado sobre el tema, prefirió no hacer comentarios al respecto.
China le dio con la puerta en las narices a Panamá

El mismo presidente panameño, Ricardo Martinelli, se lo habría contado al expresidente costarricense Óscar Arias que sí logró hacer su movida a tiempo. Según reseñó la exembajadora de Estados Unidos Barbara Stephenson en un cable de Wikileaks, fechado el 23 de febrero de 2010, Martinelli le contó que los chinos le dijeron que “por el momento, la República Popular de China no estaba interesada en concertar nuevos vínculos diplomáticos en la región” y le pidieron “permanecer tranquilo”.

De hecho, el gobierno Martinelli había recibido un “aviso”, cuando el vicepresidente y excanciller Juan Carlos Varela se reunió con el canciller chino durante una visita a Asia en enero de 2010. Según los reportes que le llegaron a Stephenson, el alto funcionario chino le habría indicado a Varela que “ahora no es el momento para que Panamá reconozca a China”.

El intercambio entre diplomáticos y altos funcionarios estadounidenses muestra que los mensajes desalentadores de China llevaban meses circulando. Según un reporte del 20 de marzo de 2009 –clasificado como confidencial por Robert Wang, subdirector del American Institute in Taiwan–, se le recomendó al presidente taiwanés, Ma Ying-jeu, que asistiera a las ceremonias de toma de posesión de los nuevos presidentes de El Salvador [Mauricio Funes] y Panamá [Ricardo Martinelli], dos aliados clave de Taiwan, como un movimiento destinado a desalentar a estos aliados que podrían estar considerando “cambiar sus afectos”.

FUENTE: Eliana Morales Gil - http://www.prensa.com

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