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viernes, 21 de septiembre de 2012

El increíble ascenso y caída del "príncipe Stradivarius"

Autor del que podría ser el mayor fraude en la historia de la compra-venta de instrumentos antiguos, Dietmar Machold ha sido llevado a juicio por estafar a bancos y coleccionistas de todo el mundo.
Hace menos de dos años habitaba en el castillo austríaco de Eichbüchl, cerca de Viena, conducía su Rolls Royce hasta el sur de Francia durante las vacaciones de verano y gozaba de una reputada fama como experto en violines antiguos.

De los casi 700 instrumentos que se conservan construidos por el legendario Antoni Stradivari la mitad llegaron a pasar por las manos de Machold, y su reputación era tal que llegó a ser citado como experto en varios juicios.

Ahora, este alemán de 62 años de edad se enfrentra a un nuevo juicio, donde ocupa un asiento distinto: el de los acusados.

Presuntamente responsable de lo que se ha denominado ya el mayor fraude en el comercio de instrumentos musicales en la historia, Machold se enfrenta a cargos criminales y demandas civiles por valor de unos US$200 millones.

De ser declarado culpable, se podría enfrentar a 10 años de cárcel.

Una historia con comienzos humildes

Según señala el diario estadounidense The Washington PostHeinz-Joachim Machold abrió una pequeña tienda de violines en Bremen, en el norte de Alemania, en 1951. Casi 30 años después y recién salido de la facultad de derecho, su hijo Dietmar se hizo cargo del negocio.

Pero aunque Dietmar, al contrario que su padre, no era ningún experto en instrumentos, sí que tenía algo de lo que su padre aparentemente carecía: un tremendo olfato para hacer negocios.

Poco después de tomar Dietmar las riendas del negocio la suerte del pequeño negocio familiar cambió cuando Machold conoció a Roger Hargrave, un joven luthier(fabricante de instrumentos) inglés que tras trasladarse a Bremen se hizo cargo del taller del alemán.

No hizo falta mucho tiempo para que Machold ampliase su negocio: unos años después la red de tiendas y asociados del alemán se internacionalizaba con su presencia en Zurich, Viena, Nueva York, Chicago, Seúl y Tokio.

Machold no dudó en usar su 'apariencia cosmopolita' y sus 'grandes habilidades para hacer negocios' para convencer a los compradores de instrumentos de más alta reputación en el mundo, según la webMoneyWeek.

Con el tiempo su lista de clientes pasó a incluir a los gobiernos de Polonia, Hungría y la entonces Checoslovaquia, e incluso al Banco Nacional Austríaco.

Con el dinero que empezó a amasar Machold se compró un castillo del siglo XIV cerca de Viena y llenó su garaje con 44 coches, incluidos 14 Bentleys, 10 Rolls Royce y seis Aston Martin, según afirma el Washington Post.

Su fama era tal que el gobierno austríaco le concedió honores por la restauración de su castillo y por su donación de documentos históricos. Pronto la alta sociedad de Viena lo convirtió en uno de los suyos.

El alemán también supo deslumbrar a varios bancos alemanes y austríacos, a quienes solicitó millonarios préstamos usando como aval los certificados de sus valiosos instrumentos.

Pero según lo que se alega en el juicio, en el imperio Machold no era otro todo lo que relucía.

FUENTE: BBC
VER ARTÍCULO COMPLETO EN: http://www.el-nacional.com/bbc_mundo/increible-ascenso-caida-principe-Stradivarius_0_49195102.html

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