"El interés del Ministerio Público es investigar de forma (parcializada) la masacre ocurrida, buscando responsabilizarme de la muerte de los 11 campesinos y de los seis policías sin presentar una sola prueba que pueda demostrar mi responsabilidad en los hechos que me acusan", escribió Villalba en una carta pública difundida este viernes.
Agregó: "Frente a esta grave injusticia que estoy pasando, junto a otros compañeros y compañeras presas por la misma causa, solicito nuestra inmediata libertad".
Desde 2008 el dirigente campesino del Movimiento Agrario del Paraguay ha participado en tomas exitosas de tierras malhabidas que posteriormente se han regulado de acuerdo con las leyes de la reforma agraria.
En la masacre del 15 de junio fue herido de bala en la cabeza. Perdió la visión y la audición en el lado izquierdo. Actualmente está recluido ilegalmente en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú. En noviembre presentó una querella contra Federico Franco por calumnia y difamación.
Curuguaty: De lo que la Fiscalía no habla
El pasado mes de octubre, la Plataforma de Estudios e Investigación de Conflictos Campesinos reveló los resultados de la investigación paralela que adelantaron para esclarecer la masacre de Curuguaty.
El abogado Guillermo Ferreiro, integrante de la plataforma, retomó este documento en un artículo titulado Curuguaty: De lo que la Fiscalía no habla, publicado en el portal paraguayresiste.com, y precisó algunos puntos claves de la investigación sobre la masacre ejecutada durante un allanamiento policial en la zona reclamada por los sin tierra.
Un video que no fue difundido permitió precisar que la policía arribó al lugar de la masacre en dos grupos. El primer grupo es el que apareció en los medios de comunicación paraguayos: "Oficiales de la Fope (Fuerza de Operaciones de la Policía Especializada), con cachiporras y escudos, acompañados por policías de caqui con chalecos antibalas y pistolas al cinto".
En el grupo dos, ubicado a unos 30 metros de distancia del primero, estaban el comisario Erven Lovera y el dirigente campesino Rubén Villalba.
De acuerdo con la prensa privada, el dirigente Villalba dispara al comisario Lovera. La "prueba" utilizada es una foto en la que se ve a un hombre de rojo apuntando con un objeto alargado a un miembro de la fuerza de seguridad.
"Sin más se dijo que el sujeto era Villalba, que tenía un revolver en mano y que el amenazado era Lovera. Ni campesinos ni policías lo identifican con Villalba, simplemente se concluye que lo es", agregó Ferreiro.
En la foto, el amenazado tiene una chaqueta con la inscripción GEO en amarillo. Una filmación, capturada minutos antes a la masacre, muestra a Villalba dando instrucciones del allanamiento. Su chaleco antibalas no contaba con ninguna señal.
FUENTE: AVN |