Autoridades de la Subdirección de Análisis e Información Antinarcótica (SGAIA) de la Policía Nacional Civil (PNC) explican que la creatividad de estos grupos ilegales no tiene límites, por lo que los cargamentos están marcados con caricaturas, combinaciones de signos y letras, escudos de equipos de futbol y otros logotipos no clasificados; es decir, que no aparecen en el catálogo internacional, como abejas, el águila, mariposa, pato, delfín y pez. También se cuentan astros como el sol y una estrella.
Otros que se han vuelto populares son la cara feliz, cara de indio, Batman, el Chavo del Ocho, números romanos, figuras de trébol, avión, barco, FIFA, piel roja; marcas de vehículos y de bebidas carbonatadas.
“Es la manera de marcar a quién o qué grupo pertenece la mercancía. Los paquetes de droga pueden marcarse con algún logo distintivo o envolverse en un papel de color determinado, que hacen referencia a un cártel en particular”, expresa David Martínez-Amador, analista colaborador de la entidad estadounidense y especialista en crimen organizado, Insight Crime in the Americas.
Las pesquisas han establecido que marcar un cargamento no solo es con la finalidad de evitar el robo de cargamentos, sino garantizar a sus compradores “la calidad del producto que se recibe”. A esto se une que los intermediarios no pueden abrir los empaques para rebajar la calidad de la cocaína, pues los compradores ya conocen la pureza usada por cada organización.
“Cualquiera que toca la mercancía, sobre todo los grupos de movedores centroamericanos que se caracterizan por el gusto del tumbe, saben, de antemano, a quién le están robando”, explica Martínez-Amador.
Los logonarcos
Siglo.21 tuvo acceso a un catálogo con un estimado de 502 logos que fueron recopilados por la Comunidad Latinoamericana y del Caribe de Inteligencia Policial (Clacip), conformada por 25 países de la región.
Hay otros catálogos que se han elaborado; por ejemplo, el de la Unión Europea, que incluye no menos de 2 mil 200 imágenes, con los que buscan establecer los nexos entre sustancias decomisadas en diversos países, y mediante una base de datos identificar las rutas del narcotráfico.
Los narcotraficantes saben que los logotipos les sirven para identificar su mercancía, pero a las autoridades les pueden ser útiles porque, al judicializar un caso, les permitiría incriminarlos. Ante esto, los criminales han diversificado sus marcas en la droga siguiendo un modo aleatorio para evitar ser evidenciados.
Informes recabados por Insight Crime y ex investigadores de la policía argentina dan cuenta de que los cargamentos de cocaína llevan dos símbolos de identificación. El primero lo pone el productor directamente sobre la sustancia, poco antes de que sea embalada; la segunda marca corresponde al proveedor, a manera de identificación.
Según documentos de la Clacip, cuando los narcotraficantes recurren a números suelen ser fechas importantes para ellos, o bien números de cédulas; también se han identificado siglas de sus nombres, o bien, alias del líder de la organización.
Por tierra y por mar
Elmer Sosa, director de la SGAIA, explica que las investigaciones establecen que el trasiego de drogas en el país está utilizando las rutas terrestres y marítimas, y que se ha dado un cese de operaciones aéreas. Ello, debido a que desde hace unos años, la mayoría de naves están aterrizando en Honduras, y luego trasladan vía terrestre los cargamentos a Guatemala, para llegar posteriormente a México.
Sosa asegura que los narcotraficantes están constantemente innovando sus formas de trasegar, pues utilizan diversas partes de los autos para ocultar los cargamentos. Recuerda que el caso más reciente es el de Eduardo Villatoro Cano, alias Guayo Cano, cuyos hombres redujeron en un 40% la capacidad del tanque de gasolina de uno de los automotores con el fin de que el resto fuera usado para el tráfico de droga.
Las autoridades del Ministerio Público (MP) han identificado que los narcotraficantes están recibiendo los cargamentos y que los dividen en pequeñas cantidades que trasladan de diferentes maneras a México.
Uno de los fiscales expertos en el tema relata que todo el cargamento que ingresa a la Costa Sur viene vía marítima y la que está por el área oriente, es vía terrestre; sin embargo, Martínez-Amador enfatiza en que en un territorio “tan poroso como es Guatemala, es muy difícil hacer un mapa de las rutas”. “Los territorios dominados por los cárteles y sus operadores no son graníticos, pero las rutas se tienden a respetar, o se comparten bajo reglas muy claras. Desde El Salvador, en lo que respecta al flujo de cocaína, dos de esas rutas se alimentan tras escalas en El Salvador: la del Pacífico y la del Sur. Se estima, según el reporte elaborado por la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen (UNODC, por sus siglas en inglés), que hasta 65 toneladas pueden haberse movido en 2013 por las vías del Pacífico y las terrestres del sur guatemalteco”, refiere el investigador.
El analista detalla que el monitoreo realizado por diferentes entidades hace énfasis en que en el Pacífico hay una ruta que se bifurca cuando los embarques entran por Puerto Quetzal, para luego partir hacia el Norte por mar o por vía terrestre. Lo hacen por medio de la ruta que históricamente han dominado los grupos de León y Chamalé. Estas rutas están igual identificadas en el reporte de la UNODC.
En este mismo reporte, se menciona que en San Marcos la zona sigue dominada por la estructura conocida como Los Chamalé y presenta un crecimiento alto en cultivo de amapola y elaboración de droga sintética.
Más rutas
Martínez-Amador indica que otra vía terrestre con acceso a Guatemala pasa por los puestos fronterizos en El Salvador: Anguiatú, San Cristóbal y Las Chinamas. Asimismo, cita puntos ciegos en la frontera salvadoreña-guatemalteca. Este territorio hoy está en manos de grupos atomizados (que originalmente estaban bajo el grupo de Los Leones) que tienen relación con la organización salvadoreña del Cártel de Texis.
Con respecto a los puntos fronterizos con Honduras, el corredor norte del departamento de Copán es un área importante. De acuerdo con el informe de UNODC, esta zona se encuentra bajo influencia de Los Zetas, quienes mueven la droga desde los municipios hondureños de Nueva Arcadia, Florida, Copán Ruinas, El Paraíso, Santa Rita, San Nicolás y Cabañas hacia Guatemala.
También están aún activas las rutas aéreas desde Colombia. El caso de la avioneta detenida a finales de 2013 en Costa Rica, de procedencia colombiana y supuestamente en propiedad de guatemaltecos, muestra que estas rutas aéreas desde Colombia pueden seguir estando vigentes.
FUENTE: Coralia Orantes - http://www.s21.com.gt |