Por la fecha en que el soldado hizo su ‘gracia’ las instalaciones del Batallón estaban cerradas por remodelación.
Pese a la obra, al bachiller o soldado ranchero (así llaman a los cocineros en las Fuerzas Militares) le abrieron una investigación y lo trasladaron de batallón.
Tras el episodio, la Secretaría de Salud de Bogotá prohibió los servicios alimenticios en esa cocina, ya que no cumplía con las normas técnicas y de salubridad.
Sin embargo, aunque la emisora indica que el militar ya no haría parte de la institución, el general Raúl Rodríguez, comandante de la Brigada 13, desde diciembre, le dijo a El Tiempo que el caso aún es materia de investigación: "Es ilógico que un soldado haga eso, porque los calderos permanecen prendidos 18 horas a altas temperaturas. Al parecer, este caso habría ocurrido en julio del 2014, cuando el rancho estuvo cerrado. Todo está en averiguación y si hay lugar a aplicar sanciones, así se hará".
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