Serra se convirtió así en el primer santo canonizado en suelo estadounidense.
El Papa, rodeado de fuertes medidas de seguridad, llegó a la basílica del santuario de la Inmaculada Concepción de Washington (una iglesia en la Misión San Juan Capistrano, la séptima que el misionero español fundó en California en el siglo XVIII) a bordo de su papamóvil saludando y bendiciendo a los 25.000 feligreses que se congregaron a las afueras del templo.
El santuario constituye tanto un tributo a la Virgen María como un testimonio de la devoción que le profesan los católicos estadounidenses y es, con varias capillas dedicadas a vírgenes de todo el mundo, un ejemplo de la diversidad de las culturas de Estados Unidos.
Una multitud que rodeaba al santuario estalló en aplausos y gritos de júbilo al ver llegar al Papa.
“Declaramos y definimos santo al beato Junípero Serra y lo inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sea devotamente honrado entre los santos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”, proclamó en latín el Papa, siguiendo la fórmula tradicional de canonización.
Durante la homilía, Francisco destacó el trabajo misionero de Serra (1713-84) en el siglo XVIII. “Supo vivir lo que es «la Iglesia en salida», esta Iglesia que sabe salir e ir por los caminos, para compartir la ternura reconciliadora de Dios”, dijo.
Serra nació en la isla española de Mallorca y murió a los 71 años en 1784 en la misión San Carlos Borromeo de California, estado del que se le considera padre fundador y donde hoy sigue siendo una figura controvertida.
Grupos indígenas en Estados Unidos lo critican por haber liderado un sistema de misiones que sometió a los pueblos originarios. Y consideran que el misionario español no debería haber sido declarado santo porque creen que con ello la Iglesia católica ha canonizado el “genocidio” y el “colonialismo”.
Durante la ceremonia de canonización se leyó la Liturgia de la Palabra en chochenyo, una lengua nativa americana originaria de California.
“Junípero buscó defender la dignidad de la comunidad nativa, protegiéndola de cuantos la habían abusado. Abusos que hoy nos siguen provocando desagrado, especialmente por el dolor que causan en la vida de tantos”, defendió el Papa la labor del español.
La estatua de Serra es junto con la del ex presidente Ronald Reagan la que representa al estado en el Congreso de Estados Unidos en Washington.
“Es un día de fiesta”, dijo el estadounidense de ascendencia mexicana Willie Centeno, quien viene a la misión desde niño.
La ceremonia fue trasmitida en dos lugares de la misión de cuatro hectáreas: en un cuarto donde acomodaron a varias decenas de personas y en las ruinas de la iglesia de piedras que se derrumbó parcialmente en el terremoto de 1812. Ambas transmisiones fueron en pantallas gigantes.
La ruina es la construcción de piedras más grande que existe al oeste del Mississippi, de acuerdo con Mechelle Lawrence Adams, directora ejecutiva de la misión. Está rodeada de árboles de limón y peras, así como palmeras, rosas, lilas y flores nativas.
Vida y obra. Serra nació en Mallorca en 1713, fue profesor de teología y en 1767 fue encargado de expandir el sistema de misiones católicas desde Baja California, en México, a lo que hoy es el estado de California, convirtiendo a los indígenas que encontrara. En 1769 estableció su primera misión en San Diego y llegó a fundar ocho de las 21 misiones californianas, pese a padecer de una úlcera crónica en una pierna. Murió en 1784.
La misión de adobe, piedras y ladrillos fue fundada en 1776 en lo que ahora es el sur del condado de Orange, a 89 kilómetros del centro de Los Angeles. Incluye una capilla en la que Serra dio misa y que todavía sigue funcionando.
Muchos hispanos han dicho que se sienten muy orgullosos de que Serra sea el primer hispano canonizado en Estados Unidos por un Papa argentino. La ecuatoriana Luisa Cueva, sin embargo, dijo que para ella esto no era particularmente importante.
¿A quién beneficia más la visita de Francisco?
El Papa Francisco será hoy el primer pontífice en hablar ante el Congreso de Estados Unidos, en el que republicanos y demócratas aguardan sus palabras como respaldo o como munición contra el rival.
Hay mucha expectación entre los políticos en el Congreso para ver al Papa. La oficina del presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, ha distribuido 50.000 entradas entre los congresistas y senadores para que las repartan. “Me siento como una revendedora de entradas en un concierto de Taylor Swift”, dijo la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen al diario Miami Herald.
Pero quizás para el “Papa del pueblo” la fecha no sea tan relevante. “Washington cree que es el centro del mundo, pero no es el centro del mundo del Papa. El prefiere estar en los barrios pobres de Argentina que en los pasillos del poder”, explica John Carr, experto en catolicismo de la universidad de Georgetown.
Carr, quien espera que el Papa envíe “un mensaje moral a un Congreso disfuncional y desmoralizado”, recuerda que hace más de medio siglo muchos en Estados Unidos pensaban que John F. Kennedy, que era católico, no podía ser presidente porque iba a aceptar las órdenes del Papa. “Ahora la única cosa en la que el Congreso está de acuerdo es en que ellos necesitan consejo de este Papa”, añade.
Los expertos se encuentran divididos sobre a quién beneficiará más la visita: ¿a demócratas o a republicanos?
Aunque el Papa es conservador en temas como el aborto y el matrimonio homosexual, en otros temas la posición del Vaticano es más cercana a la del Partido Demócrata, desde la reforma migratoria a la necesidad de levantar el embargo a Cuba.
La Casa Blanca recuerda que también en otros temas como el cambio climático y la lucha contra la desigualdad y la pobreza la posición de Francisco coincide con la del presidente Barack Obama.
Ayer se demostró en la coincidencia entre el Papa y el presidente en cuanto a su preocupación por la inmigración, por la protección del medio ambiente y en su mutuo elogio por el acercamiento a Cuba.
“Esperamos que su autoridad moral nos ayude a avanzar en muchos temas que son una prioridad en nuestra agenda”, aseguró Charlie Kupchan, director para Asuntos Europeos del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, cuyo portavoz evitó hoy hacer uso político del discurso del pontífice.
El Papa también apoya el acuerdo nuclear con Irán, que muchos candidatos republicanos prometen anular si llegan a la presidencia.
El Vaticano, que medió en el acercamiento entre La Habana y Washington, aboga igualmente por el levantamiento del embargo a Cuba como un modo de promover una mayor libertad en la isla comunista. El hecho de que el Papa llegara a Estados Unidos procedente de la isla reforzará, según los expertos, su llamamiento al diálogo.
Impacto en el Congreso. Luis Miranda, ex portavoz de la Casa Blanca para medios hispanos, cree que el tema de Cuba es donde el pontífice puede tener un mayor impacto en el Congreso en un momento de cambio de posiciones al mostrar que hay “un caso moral para la reconciliación tanto de los pueblos como de los gobiernos”.
La comunidad hispana espera que la visita sirva para reavivar la moribunda reforma migratoria, atascada en la Cámara de Representantes ante la negativa de los republicanos, que tienen mayoría en el Congreso, a someterla a votación en la Cámara baja.
Los republicanos, en cambio, confían en que el discurso del Papa permita impulsar una nueva ley para restringir el aborto.
No todos en el Congreso están contentos con la visita. El congresista republicano Paul Gosar no escuchará su discurso por considerar que el Papa responde a una agenda izquierdista. “Si el Papa quiere dedicar su vida a luchar contra el cambio climático, puede hacerlo en su tiempo libre. Pero promocionar ciencia dudosa como dogma católico es ridículo”, opinó.
FUENTE: Beatriz Juez / DPA - http://www.lacapital.com.ar |