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jueves, 28 de enero de 2016

Papa instó a no tratar a los embriones humanos como material descartable

Todos saben «cuán sensible es la Iglesia a los temas éticos», pero tal vez no queda claro para muchos «que la Iglesia no reivindica ningún espacio privilegiado en este campo». Papa Francisco recibió al Comité nacional para la bioética y subrayó que el desarrollo de las ciencias y las tecnologías biológicas y médicas «corren el peligro de perder cualquier referencia que no sea la utilidad y la ganancia», por lo que exhortó al organismo consultivo del gobierno italiano, dirigido por el católico Francesco Paolo Casavola, a profundizar los temas de la degradación ambiental, «de la discapacidad y de la marginación de los sujetos vulnerables», es decir: afrontar el desafío de contrarrestar la «cultura del descarte» que tiene «muchas expresiones, entre las que está tratar a los embriones humanos como material descartable, y también a las personas enfermas y ancianas que se acercan a la muerte», con el fin de armonizar los estándares y las reglas de las actividades científicas.

«Me alegra poder expresar el aprecio de la Iglesia por el hecho de que , desde hace ya 25 años, se creó en Italia, en la Presidencia del Consejo de ministros, el Comité Nacional para la Bioética», dijo Francisco. Todos saben, insistió, «cuán sensible es la Iglesia a los temas éticos», pero tal vez no queda claro para muchos «que la Iglesia no reivindica ningún espacio privilegiado en este campo, es más, está satisfecha cuando la conciencia civil, a diferentes niveles, es capaz de reflexionar, de discernir y de actuar con base en la libre y abierta racionalidad y en los valores constitutivos de la persona y de la sociedad. De hecho, justamente esta responsable madurez civil es el signo de que la siembra del Evangelio (esta sí, revelada y confiada a la Iglesia) ha dado frutos, logrando promover la besuquead de lo verdadero y del bien en las complejas cuestiones humanas y éticas». Es necesario, según el Papa, «servir al hombre, a todo el hombre, a todos los hombres y mujeres, con particular atención y cuidado (como se ha recordado) por los sujetos más débiles y desaventajados, que no logran hacer escuchar su voz, o que todavía no pueden, o que ya no pueden hacerla escuchar. En este terreno, la comunidad eclesial y la comunidad civil se encuentran y están llamadas a colaborar, según las respectivas y diversas competencias».

El comité se ha ocupado en muchas ocasiones, recordó el Papa, «del respeto por la integridad del ser humano y de la tutela de la salud desde la concepción hasta la muerte natural, considerando a la persona en su singularidad, siempre como fin y nunca simplemente como medio. Tal principio ético es fundamental incluso por lo que concierne a las aplicaciones biotecnológicas en campo medico, las cuales no pueden nunca ser utilizadas para dañar la dignidad humana, y mucho menos deben ser guiadas únicamente por objetivos industriales o comerciales. La bioética —subrayó Papa Francisco— nació para confrontar, mediante un esfuerzo crítico, las razones y las condiciones exigidas por la dignidad de la persona humana con los desarrollos de las ciencias y las tecnologías biológicas y médicas, las cuales, en su ritmo acelerado, corren el riesgo de perder cualquier referencia que no sea la utilidad y la ganancia».

El comité nacional de bidética ha intervenido en los últimos años sobre cuestiones legislativas controvertidas, como la eutanasia, la interrupción del embarazo, las células estaminales, la maternidad subrogada… El Papa, hoy, animó el trabajo del Comité en «algunos ámbitos».

Primero: «el análisis interdisciplinario de las causas de la degradación ambiental. Espero que el Comité pueda formular líneas guía, en los campos relacionados con las ciencias biológicas, para estimular intervenciones de conservación, preservación y cuidado del medio ambiente. En este ámbito es oportuna una confrontación entre las teorías biocéntricas y las antropocéntricas, para buscar recorridos que reconozcan la correcta centralizad del hombre en el respeto de los demás seres vivos y de todo el medio ambiente, y también para ayudar a definir condiciones irrenunciables para la protección de las generaciones futuras». Segundo: «el tema de la discapacidad y de la marginación de los sujetos vulnerables, en una sociedad que tiene a la competición, a la aceleración del progreso. Es el desafío de contrarrestar la cultura del descarte, que tiene muchas expresiones, entre las que está tratar a los embriones humanos como material descartable, y también a las personas enfermas y ancianas que se acercan a la muerte». Tercero: «el esfuerzo cada vez mayor hacia una confrontación internacional en vista de una posible y deseable, aunque compleja, armonización de los estándares y de las reglas de las actividades médico-biológicas, reglas que sepan reconocer los valores y los derechos fundamentales».

El Papa concluyó elogiando al Comité por haber sensibilizado a la opinión pública, empezando por las escuelas, sobre cuestiones como la comprensión de los progresos biotecnológicos.

Mientras tanto, hoy se presentó en la Sala de Prensa vaticana el Mensaje del Papa para la XXIV Jornada Mundial del Enfermo, que se llevará a cabo el 11 de febrero, y que había sido publicado en septiembre del año pasado. Intervinieron mons. Zygmunt Zimowski, Presidente del Pontificio Consejo para los agentes sanitarios (para la Pastoral de la salud ), mons. Jean-Marie Mate Musivi Mupendawatu, el padre Augusto Chendi, secretario y subsecretario del dicastero, y el padre Pietro Felet, Secretario general de la Asamblea de las Órdenes Católicas de Tierra Santa y referente local para la organización de la Jornada Mundial del Enfermo, que se llevará a cabo este año en Nazaret.

FUENTE: Texcoco Press - http://www.alianzatex.com

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