Dos líneas escritas en español con la firma Francisco y la fecha debajo fueron las únicas palabras del sumo pontífice sobre las sensaciones de su visita al lugar donde fueron asesinadas 1,1 millones de personas.
Francisco realizó su visita a los campos de extermino en absoluto silencio, excepto cuando saludó a los supervivientes, a un grupo de 25 personas familiares de los llamados “Justos de las naciones”, un título que se les concedió por su ayuda a los judíos, y a las autoridades.
El pontífice atravesó completamente solo la entrada al campo bajo la inscripción en hierro forjado “Arbeit macht frei” (El trabajo os hace libres) y comenzó así su recorrido silencioso entre barracones.
Durante la visita hubo momentos de gran intensidad, como cuando se detuvo frente al patio donde se llamaba a los condenados a muerte. Allí, el sacerdote polaco Maximiliano Kolbe ofreció su vida a cambio de la de un padre de familia.
Francisco sentado con los ojos cerrados y en profundo recogimiento estuvo algunos minutos y después besó uno de los postes de madera que servían para las ejecuciones.
Posteriormente, accedió al edificio de ladrillo del Bloque 11 de Auschwitz que alberga la celda subterránea en la que Kolbe murió de inanición.
El papa permaneció en este lugar solo, rezando durante aproximadamente diez minutos, en medio de una leve penumbra, sentado en una silla, cabizbajo y con la puerta enrejada abierta a sus espaldas.
FUENTE: Agencias - http://www.correodelorinoco.gob.ve