“Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso, convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado”, denunció Francisco en este texto cuyo tema central es la protección del medioambiente.
Para el pontífice, “el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la supervivencia de las personas”.
Aseguró que el mundo tiene “una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable”.
El papa advirtió del peligro de que “el control del agua por parte de grandes empresas mundiales se convierta en una de las principales fuentes de conflictos de este siglo”.
En este documento pontificio Francisco menciona los que llama los “pulmones del planeta” repletos de biodiversidad que son la Amazonía, la cuenca fluvial del Congo o los grandes acuíferos y los glaciares y su “importancia de esos lugares para la totalidad del planeta y para el futuro de la humanidad”.
Pero subraya que “no se pueden ignorar los enormes intereses económicos internacionales que, bajo el pretexto de cuidarlos, pueden atentar contra las soberanías nacionales”.
Adicionalmente, el papa Francisco instó a iniciar una “discusión científica y social que sea responsable y amplia” acerca del desarrollo y uso de los organismos genéticamente modificados (OGM), vegetales, animales, médicos o agropecuarios.
El pontífice estimó en la encíclica que “es difícil emitir un juicio general” sobre los OGM, pero agregó: “sin duda hace falta una atención constante, que lleve a considerar todos los aspectos éticos implicados”.
“Si bien no hay comprobación contundente acerca del daño que podrían causar los cereales transgénicos a los seres humanos, y en algunas regiones su utilización ha provocado un crecimiento económico que ayudó a resolver problemas, hay dificultades importantes que no deben ser relativizadas”, según el Papa.
“En muchos lugares, tras la introducción de estos cultivos, se constata una concentración de tierras productivas en manos de pocos debido a la progresiva desaparición de pequeños productores que, como consecuencia de la pérdida de las tierras explotadas, se han visto obligados a retirarse de la producción directa”, constató.
“Los más frágiles se convierten en trabajadores precarios, y muchos empleados rurales terminan migrando a miserables asentamientos de las ciudades”, explicó Bergoglio en la encíclica “Laudato si”.
El Papa aludió a que la “expansión” de los cultivos de OGM “arrasa con el complejo entramado de los ecosistemas, disminuye la diversidad productiva y afecta al presente y el futuro de las economías regionales”.
“En varios países de advierte una tendencia al desarrollo de oligopolios en la producción de granos y de otros productos necesarios para su cultivo y la dependencia se agrava si se piensa en la producción de granos estériles”, agregó.
Recordó Bergoglio que esa dependencia “terminaría obligando a los campesinos a comprarlos a las empresas productoras”.
El Papa estimó que esa discusión “responsable y amplia” sobre la cuestión tiene que ser “capaz de considerar toda la información disponible y de llamar a las cosas por su nombre”.
Bergoglio consideró que “a veces no se pone sobre la mesa la totalidad de la información, que se selecciona de acuerdo con los propios intereses, sean políticos, económicos o ideológicos”.
“Esto vuelve difícil desarrollar un juicio equilibrado y prudente sobre las diversas cuestiones, considerando todas las variables atinentes”, concluyó Bergoglio.
FUENTE: Agencias - http://www.siete24.mx