La monja española Isabel Sola Matas ha sido asesinada este viernes en Puerto Príncipe por desconocidos que le dispararon mientras conducía su vehículo por una calle de la capital de Haití, según reportaron medios de prensa locales. La misionera, de 51 años y natural de Barcelona, vivía desde hace varios años en el país caribeño, donde estaba dedicada a trabajar con personas pobres.Solá trabajaba en la Parroquia del Sagrado Corazón de la ciudad, a la que regresaba cuando varios hombres armados le pidieron el bolso, informa la cadena de televisión haitiana RTVC. "Confirmamos la muerte de la ciudadana española. Vamos a ponernos en contacto con sus seres queridos. La Dirección Central de la Policía ha abierto una investigación y estamos siguiendo todas las pistas", ha informado un portavoz policial, Garry Deesrosiers, citado por RTVC.
La religiosa no estaba sola en el coche Toyota Land Cruiser cuando fue atacada. Hay una segunda persona herida por dos proyectiles de bala y está ingresada en un hospital con pronóstico grave. Los delincuentes hirieron además a dos personas más, transeúntes de la zona, según testigos presenciales, que señalan que anteriormente habían robado en un comercio cercano.
Varias informaciones aseguran que la monja era muy activa entre los sectores más humildes de Puerto Príncipe, con quienes prácticamente convivía a diario, sobre todo después del terremoto que devastó la capital y otras zonas de Haití en enero de 2010.
Un país peligroso
Haití es, sin duda, uno de los peores países del mundo para vivir. A la convulsión política y la extrema pobreza -la renta per cápita es de 735 euros, y la nación está en el puesto 163º de 188 en el Índice de Desarrollo Humano, a la altura de numerosos estados africanos- se suman ciclones, terremotos y enfermedades.
Además, la ayuda humanitaria no siempre ha colaborado en mejorar la situación. Recientemente ha salido a la luz un informe de un experto de Naciones Unidas que certifica que la epidemia de cólera que ha provocado 9.000 muertos y 800.000 infectados en el país, la llevaron los cascos azules nepalíes.
Haití ha recibido el sobrenombre de 'la república de las ONG' por su histórica dependencia de la ayuda exterior. Lo cierto es que la avalancha de solidaridad que se produjo tras el terremoto de 2010 no terminó de dar los resultados esperados. Si bien se han producido avances, la mala planificación inicial y la falta de estabilidad institucional y política siguen lastrando la recuperación.
FUENTE: Agencias - http://www.elconfidencial.com





