
De acuerdo a la tradición rabínica, Yom Kippur es considerado el día más santo y solemne del año, por esta razón la comida, bebida, el baño y las relaciones conyugales están prohibidas.
En referencia a la celebración, se conoció que se debe porque es la única vez en la que el sumo-sacerdote podía entrar en el Santo de los Santos, la parte más íntima del templo y allí él pronunciaba el nombre divino, es decir las cuatro consonantes sagradas (el tetragrama) que forman el misterioso nombre divino que contienen el secreto de amor por el cual el Eterno creó el universo.
Es la fuerza de ese “nombre impronunciable” que constantemente el universo se recrea y se reconcilia. El Yom Kipur se observa como un día de reparación en la religión judía.
Un día alegre
El día de oración y ayuno (Yom Kippur) finaliza cuando se hace sonar el tradicional Shofar (un cuerno de carnero) y por el contrario de la creencia popular, no es un día de tristezas, sino de celebración para el ayuno y oración en un ambiente de alegría.
Esto se debe a que el ayuno libera a quienes lo practican de todo tipo de asuntos físicos para concentrarse en una labor de introspección espiritual y oración.

FUENTE: http://globovision.com