
Rajoy apuntó en su discurso que las medidas impopulares, los recortes y las reformas, habían pasado una factura en imagen y votos al PP al tiempo que favorecían la irrupción de los nuevos partidos, sin pasado y dispuestos a ofrecer imposibles con tal de llegar al poder. Pero también aseguró que esas decisiones tomadas al llegar al Gobierno habían servido primero para salvar a España de pedir el rescate económico a la UE y para que ahora un futuro prometedor para los españoles.
El jefe del Ejecutivo lo definió como pasar del duro "invierno" del arranque de la legislatura de 2011 a "la tibia primavera" de la recuperación económica de los dos últimos ejercicios con el objetivo nacional de lograr que haya 20 millones de españoles con trabajo dentro de tres años.
Sin citar al PSOE por sus siglas, Rajoy pidió "interlocutores" en la oposición que quieran trabajar en los proyectos de crecimiento económico y creación de empleo sin cuestionar las reformas que sirvieron para salir de la crisis. Volvió a ofrecer diálogo, pero no para dar marcha atrás en las políticas que han funcionado para combatir el paro, y puso como ejemplo de lo que se debe hacer los acuerdos con el PSOE en el techo de gasto de las administraciones, el bono social, el salario mínimo, la LOMCE o las conversaciones para asegurar el futuro de las pensiones.
Enmarcado en su discurso patriótico y de defensa del marco constitucional, Rajoy animó a los dirigentes, cargos intermedios, alcaldes, concejales y militantes de su partido a combatir los populismos, de izquierdas o secesionistas, "en todas partes" y como se tienen que combatir.
Frente a los partidos "que caben en una plaza de toros" (por Podemos) y cuestionan la unidad nacional, la prevalencia de la ley y la soberanía, el presidente del PP proclamó que en su formación creen "en la libertad, en la igualdad, en la soberanía que invoca la Constitución para cuantos compartimos la aventura de ser españoles".
FUENTE: Ángel Collado - Paloma Esteban - http://www.elconfidencial.com