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martes, 3 de abril de 2018

(España) Elsa Artadi mueve su agenda propia para sacrificar a Puigdemont y no ir a elecciones

Agenda propia pero agenda oculta. Al mismo tiempo que defiende en público a capa y espada la necesidad de investir a Carles Puigdemont caiga quien caiga, la portavoz de JxCAT, Elsa Artadi, está movilizando una agenda propia para sacrificar políticamente al expresidente de la Generalitat detenido en Alemania, según explican fuentes cercanas al grupo parlamentario independentista. Así lo habría expresado la propia Artadi en recientes reuniones con diversas entidades catalanas.

Según estas fuentes, Artadi estaría a la espera de que Puigdemont desde la cárcel de Neumünster designe un candidato. Si es la propia Artadi, perfecto para ella. Si no lo es, esperar a que embarranque el nuevo y entonces presentarse como salvadora de la situación, ya que la portavoz de JxCAT quiere evitar la repetición de elecciones.

También quiere esquivarlas ERC, que, tal y como desveló El Confidencial, mantiene en la recámara la bala de Ernest Maragall como presidente de transición que evite nuevos comicios el próximo 15 de julio. Sin embargo, los republicanos reconocen que esta alternativa —el plan E— solo saldrá a la palestra si JxCAT es incapaz de proponer otro candidato que además consiga el visto bueno de la CUP, ya que sin sus votos es imposible conseguir la investidura. Ernest Maragall, en cambio, podría contar con la complicidad de los comunes de Xavier Domènech, lo que convertiría en inútiles los cuatro escaños de los 'cupaires'.

Artadi, como ERC, quiere evitar el peor escenario posible: investir a Puigdemont y que luego Alemania lo extradite a España acusado de rebelión. Pero como los calendarios se solapan —dos meses de juicios en Alemania y dos meses hasta finales de mayo, cuando vence el plazo para repetir elecciones—, Elsa Artadi prefiere un candidato alternativo, aunque todavía no se atreva a reconocerlo en público.

Fuentes del PDeCAT explican que las maniobras de Artadi habrían sido detectadas por el 'expresident' de la Generalitat Artur Mas, lo que explicaría sus declaraciones en Rac-1 esta Semana Santa, recordando que Puigdemont ya había retirado su candidatura y que por lo tanto no tenía sentido que se volviese a presentar. Mas estaría, por un lado, anticipándose avisando a los suyos y, por otro, advirtiendo a Elsa Artadi de que no puede mover un candidato alternativo sin el visto bueno de su partido.

Estas maniobras de Elsa Artadi se han extendido al grupo parlamentario que ella dirige. Allí la arropan Eduard Pujol y Josep Costa. Pero a las reuniones de la dirección del grupo parlamentario se han sumado el director del Incasol y teniente de alcalde en Sant Cugat, Damià Calvet, y Miquel Àngel Escobar, delegado de la Generalitat en Barcelona y antiguo dirigente de UGT, el sindicato que en los últimos años ha dotado de cuadros al soberanismo y de donde provienen también las 'exconselleras' Dolors Bassa (ERC) y Neus Munté (PDeCAT).

El que Calvet y Escobar, ambos cobrando como altos cargos de la Generalitat bajo el 155, participen en una reunión del grupo parlamentario sin ser diputados ha tensionado al ya de por sí tenso grupo de JxCAT. En especial tras constatar por parte de los diputados del PDeCAT que la presencia de estas dos nuevas incorporaciones solo tenía el sentido de arropar todavía más a Artadi.

Riesgo de ruptura
Mientras Artadi mueve entre bambalinas lo contrario que defiende en el escenario —Puigdemont o Puigdemont—, en el PDeCAT se prevé un riesgo alto de ruptura del grupo parlamentario. Tanto por parte del partido de Artur Mas como por la de los diputados que son más acérrimos seguidores de Puigdemont —Aurora Madaula, Laura Borràs, Francesc Dalmases, entre otros—.

Desde el PDeCAT se recordará esta semana en curso las tres condiciones sobre las que se basó el acuerdo para crear JxCAT: que fuese una coalición electoral y no una coalición de electores (se cumple), el control financiero por parte del PDeCAT —se cumple parcialmente, ya que Artadi se ha hecho con la gestión de los cuatro millones de euros que gestiona el grupo parlamentario— y que el orden de prelación de los posibles candidatos sería Carles Puigdemont, en su defecto Jordi Sànchez y como alternativa cualquier propuesta del PDeCAT (cumplido hasta ahora, porque Jordi Turull era militante del partido).

Cumplir los acuerdos
Por tanto, para el PDeCAT ha llegado la hora de cumplir lo pactado. Y como ni Jordi Sànchez ni Puigdemont pueden ser presidentes, sería la hora de un candidato de su partido. El grupo aboga por Marc Solsona, alcalde de Mollerusa. Pero no se cierra a otros candidatos posibles, que pueden aparecer cuando el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, suspenda a los encausados y Turull, Sànchez y Josep Rull tengan que ceder sus actas para que no se pierdan sus votos en el pleno. Entonces podrían emerger otras figuras del PDeCAT, estas sí capaces de generar consenso dentro de tan complejo grupo, como el alcalde de Premià de Mar, Miquel Buch, que entraría en el Parlament si corriesen las listas.

FUENTE: Con información de MARCOS LAMELAS - https://www.elconfidencial.com - (PULSE AQUÍ)

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