
Iñaki Urdangarin ingresó en la prisión de Brieva el pasado día 18 para cumplir la condena de cinco años y diez meses impuesta por el Tribunal Supremo por prevaricación, malversación, tráfico de influencias, fraude y dos delitos fiscales. Se trata de un centro penitenciario para mujeres construido en 1989 que tiene un pabellón en el que el exduque de Palma vivirá prácticamente aislado durante los próximos años.
Este módulo posee cinco celdas, patio propio, comedor y una sala de vis a vis y fue el mismo en el que estuvo durante más de 10 años el exdirector de la Guardia Civil Luis Roldán. A Urdangarin se le permite además ver la televisión en una sala de estar y dispone de un pequeño patio para practicar deporte.
En la prisión de Brieva las visitas se producen los domingos, por lo que la infanta Cristina cumplió con las normas impuestas por las autoridades penitenciarias. De todos modos, en un intento de evitar que su llegada pudiese alterar el funcionamiento del centro, los responsables del mismo establecieron un horario diferente al habitual para que se encontrara con su marido. De hecho, esa no fue la única treta ideada para despistar a los periodistas, ya que Cristina también se dejó ver por las calles de Ginebra con sus hijos, su suega y la infanta Elena horas antes de ir a ver a Urdangarin a Ávila.
FUENTE: Con información de https://www.elconfidencial.com - (PULSE AQUÍ)