El atún, por ejemplo, como muchos pescados acumula mercurio. Más concretamente en forma de metilmercurio. En una dieta normal su toxicidad es inexistente, pero si abusamos de sus propiedades benefeciosas, como los ácidos omega 3 y su exelente fuente de proteínas sin grasas podemos llegar a absorber este compuesto, que tiene más riesgos en el caso de las mujeres embarazadas ya que puyede afectar a la formación del cerebro del embrión y a los niños hasta la pubertad. La exposición al mercurio puede generar además cefaleas, dificultad para dormir e incluso pérdida de memoria.
Si además lo acomapñáramos de arroz integral, que es un cereal que suelen recomendar los nutricionistas por su mayor contenido en fibra que el arroz blanco, añadaríamos arsénico. Obviamente, un plato de arroz integral, al igual que el atún, contienen unos niveles totalmente seguros, pero es cierto que desde hace una década se ha estudiado la presencia del químico para limitar su ingesta por cuestiones de seguridad alimentaria. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)
FUENTE: Con información de J. M. - https://www.alimente.elconfidencial.com - (PULSE AQUÍ)