
El suceso conmocionó a Panamá, que recuerda el caso como “la tragedia de Costa del Este”, sitio donde quedaba el edificio en el que se registró el dantesco accidente. Murillo, de 21 años, ha librado una batalla durante más de siete veces por su vida, que aspira seguir ganando en memoria de su padre Eduardo, su hermana Paola y su novio Abel Sandí.
La muchacha se mantiene actualmente en sesiones de terapia física, con pesas, máquinas y bandas de resistencia, que ayudan a recuperar la fuerza, el balance y la coordinación. Sigue en una silla de ruedas, pero está segura de que volverá a caminar.
“Mi meta principal es la recuperación total, y tengo fe de que lo voy a lograr, y que algún día voy a volver a caminar (…) “No me voy a rendir hasta lograrlo, y que ellos sonrían allá arriba, y que digan ‘esa es mi hija, esa es mi hermana, esa es mi novia'”, declaró al canal local Telemetro.
Dice que tras esta amarga experiencia, aprendió y quiere llevarle el mensaje al mundo de que nada está asegurado: La vida puede cambiar en pocos segundos.
El accidente ocurrió el pasado miércoles santo en el P.H. del edificio Breeze en Costa del Este: El auto en el que estaba la familia cayó desde un cuarto nivel de estacionamientos. Los tres venezolanos fallecieron de manera instantánea.