
El sector del carbón se ha mantenido hasta ahora gracias a las ayudas públicas: se ha subvencionado una actividad que no sólo es económicamente inviable, sino también altamente contaminante.
Si bien el proyecto europeo se inició precisamente con el establecimiento de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA) en 1951, el declive de esta industria se inició ya en los 60 y, a partir de ese momento, los Estados empezaron a conceder ayudas públicas a lo que se consideraba en aquel momento un sector clave de la economía nacional. Así lo expresó a finales de los 80 la Comisión Europea: “las transformaciones estructurales del mercado internacional y del mercado común de la energía obligan a la industria del carbón ya desde comienzos de la década de 1960, a realizar esfuerzos extraordinarios de racionalización y de reestructuración; (…) como consecuencia de ello, muchas empresas de la industria del carbón atraviesan dificultades financieras y requieren ayudas de los Estados miembros”.
Así, en junio de 1990, el Gobierno español presentó el Plan de Reordenación del Sector del Carbón 1990-1993. Éste fue el primero de los muchos planes que se han aplicado desde entonces con el objetivo de reducir de manera progresiva las ayudas públicas a las empresas mineras, y que culminaron con el Plan de Cierre del Reino de España para la Minería del Carbón no Competitiva, que el Gobierno español adoptó el 7 de octubre de 2013 para conceder ayudas condicionadas al cierre. ->>Vea más...
Los #mineros del carbón españoles están trabajando sus últimos turnos antes de que entre en vigor una directiva de la #UE que dictamina que los depósitos que ya no generan dinero y reciben fondos públicos deben detener su producción antes del 1 de enero de 2019 pic.twitter.com/aeLMycOIkW— Reuters Latam (@ReutersLatam) 28 de diciembre de 2018
FUENTE: Con información de Carlota Jover - Abogada de IIDMA - https://contrainformacion.es - Agencias