"El derecho al sufragio contrariamente a lo que muchos creen no es poder votar, es poder escoger", reflexiona Bernal en una entrevista con Efe en Washington.
Bernal, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Panamá, quiere competir en las elecciones del 5 de mayo de 2019, pero el sistema electoral panameño fija que solo los tres aspirantes independientes con un mayor número de firmas puedan formalizar su candidatura y presentarse.
Por eso, en marzo, interpuso una petición ante la CIDH para que le otorgue una medida cautelar de protección, alegando que la Convención Americana sobre Derechos Humanos protege el derecho de los ciudadanos a votar y ser elegidos en igualdad de condiciones.
El 26 de noviembre recibió un correo electrónico en el que se le notificaba que su petición había sido denegada, así que "corrió" hacia Washington para presentarse ante la CIDH, órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y que esta semana celebraba unas audiencias públicas.
Bernal pidió a la CIDH que reconsiderara su decisión, ya que el sistema electoral en Panamá "carece de transparencia".
"La sociedad panameña ya de por sí vive un momento de convulsión por las desigualdades económicas y me preocupa que, al cerrar los poros, al cerrar las puertas de la participación, se pueda dar un estallido que pueda provocar una violencia. Es lo que nosotros no queremos que se dé en nuestro país", manifestó.
"Hay -siguió- un interés por parte de los factores reales del poder no solamente para excluir la participación ciudadana a todos los niveles, sino también para tener un absoluto control, un control total de un país. Desgraciadamente, dentro de lo que sucede en el continente, no parece tan importante".
Las crisis en Nicaragua y Venezuela copan la atención de los organismos continentales, pero Bernal cree que es necesario "activar" el caso de Panamá ante la comunidad internacional.
Por eso, en su viaje a Washington, aprovechó para reunirse con el director de Human Rights Watch (HRW) para América Latina, José Miguel Vivanco; el director del centro de análisis Diálogo Interamericano, Michael Shifter, y además mantuvo otros encuentros con la ONG Fundación para el Debido Proceso.
Bernal argumenta que Panamá vive un momento crucial: "Estamos en un punto de bifurcación para el país, o asciende o desciende para desaparecer como país. Si eso sucede, será un lugar donde vive gente, pero ya no será un país".
Al respecto, el precandidato consideró que Panamá se encuentra en una encrucijada entre EE.UU. y China; ya que tradicionalmente ha tenido buenas relaciones con Washington, pero recientemente decidió romper sus relaciones con Taiwán -aliado estadounidense- a favor de un mejor intercambio con China.
"Nosotros estamos ahí como el proverbio africano, como la hierba, que cuando dos elefantes se enfrentan, la que sufre es la hierba", compara Bernal.
"Nosotros -afirma- estamos condenados a sufrir más allá de lo que está permitido porque ni EE.UU. ni China se van a preocupar de los intereses del pueblo panameño. Los chinos han llegado diciendo 'esto va a ser mío' y los gringos están en plan 'esto es mío'. Y a nosotros nadie nos ha preguntado ni la hora".
Sus posibilidades de llegar a la Presidencia son escasas, pero de hacerlo promete convocar una Asamblea Constituyente para reformar las instituciones y poner fin a la desigualdad social.
A la hora de describirse a sí mismo y el tipo de presidente que podría ser, asegura: "Tengo mis principios y mis convicciones muy arraigadas. Mis convicciones son democráticas y absolutamente humanistas, en el sentido de defender los derechos humanos que es lo que he hecho toda mi vida y seguiré haciendo".
"Considero -añade- que lo más precioso que tenemos nosotros es la libertad y, si uno no lucha por ella, ¿para que estamos aquí? Parte de la lucha por la libertad es lograr que el sistema político existente, al menos en mi país, se democratice al máximo. Ese es mi objetivo".
FUENTE: Con información de EFE - http://laestrella.com.pa