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lunes, 18 de febrero de 2019

(España) Cómo españolizar el futuro de Prisa, el mandato oficial de Javier Monzón

Oficialmente, Javier Monzón es presidente de Prisa desde el 1 de enero de 2019, aunque lleva metido de hoz y coz en la compañía desde que aterrizó en ella a finales de 2017. Lo hizo como consejero independiente, pero a nadie escapa que su interlocución directa con Ana Botín, presidenta de Banco Santander, propietario de un 4% del grupo de medios, a quien también sirve como presidente de su filial bancaria OpenBank, le convierte en ‘guardián’ de los intereses del núcleo duro formado por los antiguos acreedores.

Primero tocó remover del asiento a Juan Luis Cebrián, una moción de censura para la que todos los accionistas de referencia, desde el activista Amber Capital hasta los más contemplativos, caso de Santander, Telefónica, HSBC y Caixa, terminaron alineándose. Otra cosa distinta era quién debía ocupar su puesto, como demostró el movimiento de Joseph Oughourlian para que en lugar de Monzón la transición recayera en un Polanco (Manuel), financiado por el Santander, a quien el regalo le ha durado un año.

Una vez repartidas las cartas, la partida buena comienza este año. Todos los accionistas de referencia de Prisa son de perfil financiero, unos por voluntad propia, como Amber, y otros por peajes institucionales, sobre todo Telefónica. En este contexto, el cometido de Monzón es alambicado. Por un lado, respaldar al consejero delegado, Manuel Mirat, hombre de consenso para sacar adelante el negocio. Por otro, lograr que la rotación futura en el capital de Prisa no afecte a los intereses españoles del primer grupo editorial del país.

En su huida hacia adelante, Cebrián confió su futuro en terceros, desde Qatar (6,5%) a fortunas mexicanas como Roberto Alcántara (5%) o Carlos Fernández (4%), como antes lo hizo con el 'hedge fund' mánager Nicolas Berggruen, para sostener financieramente a Prisa. Ahora, la salida descontada de Santander y Telefónica —Caixa ya lo ha hecho— pone en riesgo el sello español del accionariado de Prisa, porque todos son conscientes de que faltan editores con capacidad para ocupar ese puesto de accionista de referencia. ->>Vea más...

 FUENTE: Con información de CARLOS HERNANZ - El Confidencial

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