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jueves, 21 de febrero de 2019

Los vinos y su filtrado: no hay copa sin arsénico

El enmascarado Westley, la princesa Buttercup y el siciliano Vizzini en un claro del bosque junto a dos copas de vino. Supuestamente una contiene veneno, la otra no. Westley propone el desafío a Vizzini: si es capaz de razonar para averiguar cuál es cuál, beberá de la correcta, mientras que el enmascarado héroe perderá a Buttercup tras el sorbo fatal. 'La princesa prometida' (1973), de William Goldman, convertida en película de culto por Rob Reiner en 1987, nos brindó la verdadera respuesta sobre el veneno en el vino. Aunque Westley no hubiera puesto veneno en ninguna de las dos copas, la realidad es que las dos contendrían la misma cantidad de arsénico. Si hubiera vertido en ambas "los incoloros e inodoros polvos de iocano australiano”, simplemente se habrían sumado al arsénico.

Goldman y Reiner acertaron en el fondo con su bello relato: la cuestión principal son en realidad las proporciones y la cantidad. En el desenlace descubrimos que el enmascarado Westley ha engañado a Vizzini: solo puede ganar él porque es inmune al veneno que había vertido no en una, sino en las dos copas. Nuestra 'inmunidad' depende, a diferencia del fantástico relato de aventuras, de los niveles de seguridad que exigen los controles alimentarios establecidos en España por la EFSA, porque prácticamente todos los vinos contienen una cantidad de arsénico inorgánico. Es decir, proporción y cantidad.

Aunque existan concentraciones de metales pesados en la mayoría de los vinos, estos están muy por debajo de los niveles considerados peligrosos, explica a Alimente la Federación Española de Vinos. Sin embargo, un reciente estudio de químicos y bromatólogos de EEUU, publicado en la 'Journal of Agricultural and Food Chemistry', 'Factors Affecting Transfer of the Heavy Metals Arsenic, Lead and Cadmium from Diatomaceous-Earth Filter Aids to Alcoholic Beverages during Laboratory-Scale Filtration', analiza las concentraciones de arsénico, plomo y cadmio en vinos y cervezas que comparten un particular método de filtrado, el de tierras diatomeas, sobre el que han concluido que aumenta en particular los niveles de arsénico. Su principal preocupación no es que los vinos tengan demasiado, sino sencillamente que no tengan el menor posible ¿Por qué? ->>Vea más...

FUENTE: Con información de J. M. - El Confidencial

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