«Algo muy importante y muy grande va a pasar en España este 28 de abril». Este es el mensaje que Santiago Abascal, presidente de Vox, ha lanzado por toda la geografía española en las pasadas semanas con un espectacular éxito de convocatoria a sus mítines. En muchas ciudades no se recuerdan multitudes parecidas en un acto político.
El viernes había tres mil personas en el Palacio de Congresos de Oviedo y dos mil se tuvieron que quedar fuera. El sábado las citas eran mucho más complicadas. Y sin embargo, cuando concluyó el mitin en el Euskalduna y los comandos de jóvenes filoetarras de las camadas del odio corrían las últimas cargas ante la policía en las inmediaciones del Puente de Deusto, Abascal estaba muy satisfecho de haber llenado también estas dos plazas tan difíciles en las que la asistencia de todos y cada uno de los asistentes habían hecho un acto de coraje y entusiasmo.
Tanto en San Sebastián como en Bilbao hubo agresiones a participantes en los mítines y en ambos casos fue escandalosa la falta de eficacia, querida o no, de las fuerzas policiales de gobierno vasco. Si en el Kursaal donostierra permitieron que las hordas violentas mantuvieran bloqueados a los asistentes durante media hora, en Bilbao fue la comitiva de Abascal la que tuvo que pasar por inauditas vicisitudes, bloqueos policiales y hasta el intento de detención entre miembros de diversos cuerpos. ¿Cuántos habrían venido sin esa violencia que hay ahí fuera? preguntó a la audiencia en Bilbao. En todo caso había muchos vizcaínos que le habían recibido como antes los guipuzcoanos en San Sebastián, como en Oviedo o la plaza de Toros de Guadalajara al grito de «Presidente, presidente».
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FUENTE: Con información de Hermann Tertsch - ABC