El lenguaje corporal de la presidenta y de Teresa Palacios es claro: convencen más los argumentos de los peritos de las defensas que los judiciales, los inspectores del Banco de España, Víctor Sánchez Nogueras y Antonio Busquets. El único magistrado que no da pistas es Juan Francisco Martel.
De la misma forma se inclina por el momento la balanza contra la fiscal Carmen Launa, que apoya la tesis de estos peritos para sostener su acusación, a la que Murillo llegó a decir que se tomara “un lexatin o algo”. Las descalificaciones no se quedan ahí. El miércoles, el tribunal permitió que uno de los expertos de las defensas, el catedrático Leandro Cañibano, cuestionara que Launa “tiene dificultad con los números”. En lugar de pararle los pies, el tribunal se puso del lado del perito, por la forma de interrogar de la fiscal: “Estamos dando vueltas a lo mismo todo el rato”. Lo mismo ocurrió con un enfrentamiento posterior de la fiscal contra el uso de determinadas pruebas del abogado de José Luis Olivas sobre Banco de Valencia, que previamente le había negado a ella. La balanza se inclinó hacia los acusados de nuevo.
Más allá de estos detalles, las seis primeras jornadas del combate decisivo del juicio de Bankia —la pericial— han dejado con mejor sabor de boca a las defensas que a las acusaciones. Han conseguido que el debate gire más en torno a las presuntas lagunas de los informes de Sánchez Nogueras y Busquets que sobre las presuntas irregularidades que descubrieron en las cuentas de las siete cajas y de Bankia. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de JORGE ZULOAGA - El Confidencial