PUEDE LEER TODAS LAS SEMANAS LOS EXCELENTES TRABAJOS PERIODÍSTICOS DE LOS DANIELES EN INFORME25.COM

martes, 20 de agosto de 2019

(EE.UU.) El desastre del (carísimo) superdestructor Zumwalt

Sin duda, se trata de los buques de guerra más extraños que existen. Su radical diseño, orientado a minimizar al máximo su firma de radar, los hace inconfundibles, y su línea estética genera opiniones para todos los gustos. Son los destructores clase Zumwalt, unos buques llamados a dominar el océano que cuentan con una tecnología de ciencia ficción. Sin embargo, han pasado de ser la joya de la corona (apenas entrado el primero en servicio) a ser la principal fuente de preocupaciones de la Armada estadounidense. Problemas técnicos de diversa índole y, sobre todo, un desorbitado incremento de sus costes han hecho de estos superdestructores unos buques muy polémicos.

El origen de los destructores clase Zumwalt surge, curiosamente, ante una necesidad del Cuerpo de Marines y no de la US Navy. En una operación de desembarco y en operaciones militares cercanas a la costa, una de las mayores preocupaciones de las tropas desembarcadas es el contar con un suficiente apoyo de fuego de artillería. En tiempos de la Segunda Guerra Mundial, esto se conseguía con el concurso de los grandes cañones de los acorazados y de los cruceros, cuyos pesados proyectiles eran capaces de provocar efectos devastadores. Con la evolución de los buques de guerra, se pensó que los grandes navíos artillados eran cosa del pasado y que ese tan necesario apoyo de fuego naval sería sustituido por los ataques aéreos. Y así fue, en parte.

Pese a la trascendental intervención de la aviación como elemento de apoyo, la Navy y los Marines seguían echando de menos la potencia y rapidez de intervención del fuego naval. Este fuego no podía ser proporcionado por las piezas de artillería Mk 45 de 5” (127 mm) con las que se habían dotado los destructores y cruceros en servicio. Además, se vio que en determinados conflictos podía ser rentable utilizar artillería pesada naval en lugar de aviación embarcada. Con esa idea, se reactivaron los veteranos acorazados de la clase Iowa de la Segunda Guerra Mundial, unos barcos enormes (casi 60.000 toneladas) y fuertemente armados con nueve cañones de 16” (406 mm) cuyos proyectiles pesaban cada uno 1.225 kg.

Así, estos acorazados, modernizados y atiborrados de misiles, se pusieron de nuevo en servicio en los años ochenta y participaron con éxito en la guerra civil del Líbano en 1983 y también en la guerra del Golfo de 1991, donde realizaron mortíferas salvas con su artillería principal. Al final, sus elevados costes de mantenimiento y sobre todo de personal (una dotación de casi 2.000 hombres) los llevaron definitivamente al retiro. ->>Vea más...

FUENTE: Con información de JUANJO FERNÁNDEZ - El Confidencial

LEA...

 

LO + Leído...