
Pedirle ahora a Dembélé que se haga cargo de la situación es una postura miserable. El chico fue el primero que le hizo un favor a Bartomeu en su búsqueda, a la desesperada, del sustituto de Neymar. Pagó una buena cantidad al Borussia Dortmund (105 millones de euros más otros 42 que figuran en conceptos de variables) y le dio el dorsal del brasileño (el ’11’). Con Dembélé, buscó Bartomeu tapar el agujero que provocó la traición de Neymar, y con Dembélé se apostó para armar un nuevo proyecto de presente y de futuro.
Hasta hace bien poco, el presidente del Barcelona decía que Dembélé era “mejor que Neymar”. ¿A qué se debe, entonces, el cambio y las presiones para empaquetar al francés en el Paris Saint-Germain? A la improvisación de Bartomeu. No quería ver ni en pintura al brasileño. Renegó del futbolista, la persona y su padre. Están en los tribunales. Son motivos suficientes como para que el Barcelona justifique ante sus socios que Neymar no merece volver a vestir la camiseta del Barça, por muy arrepentido que esté de su marcha y conserve la amistad con Messi y Luis Suárez. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de U. SÁNCHEZ-FLOR - El Confidencial