Fuentes de la investigación explican que al frente de la organización se encontraba el empresario Juan Andrés Cabeza, del Grupo Auto Salón, que dirigía la red desde Alicante. Para blanquear las ganancias del narcotráfico, los primeros indicios apuntan a que compraba en el extranjero vehículos de lujo y los traía a España, donde los vendía mediante operaciones que le permitían maquillar su fortuna. En 2017, Cabeza saltó a los titulares después de que se le acusara de defraudar más de ocho millones de euros a Hacienda junto a otras cinco personas, trama que está pendiente de juicio y por la que la Fiscalía pide entre cinco y 44 años de cárcel a los imputados. También se le ha relacionado con presuntos amaños en la adjudicación del complejo deportivo Arena en la Playa de San Juan, en Alicante. Según explican las fuentes consultadas, su salto al narcotráfico se produjo gracias a los contactos que logró en Galicia y a través de una peligrosa banda de suecos asentada en Barcelona. Ambas organizaciones tenían relación con narcotraficantes de Sudamérica.
La investigación policial arrancó en enero de 2018 a trompicones, porque los principales sospechosos no tenían antecedentes por narcotráfico y empleaban cuidadosas medidas de seguridad para ocultar su rastro, meticulosidad que se reflejaba también en la propia composición de la red: salvo los cabecillas, sus miembros estaban divididos en grupos independientes y desconocían el papel que jugaban los demás. La organización contaba incluso con un equipo especializado en labores de contravigilancia y acciones violentas que iban desde el cobro de deudas hasta el 'vuelco' de cargamentos de droga a otros narcotraficantes. Las pesquisas apuntan a que este subgrupo está también relacionado con un reciente asesinato en la localidad alicantina de Campello.
El suceso en cuestión se produjo a mediados de septiembre. Fuentes de la investigación explican que la red robó un cargamento de droga a una banda rival y que estos se enteraron de que habían sido ellos. Como venganza, este segundo grupo de narcotraficantes planeó asesinar a dos miembros del equipo al que Cabeza presuntamente encomendaba las acciones más violentas, para lo que esperaron frente a la casa de uno de ellos durante horas. Tras bajar de la vivienda uno de los sujetos, le pegaron un tiro en la mandíbula y, una vez en el suelo, le remataron con otro en la cabeza. El segundo hombre se salvó porque se había sometido días antes a un implante de pelo y no le podía dar el sol, lo que le obligó a quedarse en el interior del inmueble, explican las fuentes consultadas. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de PABLO GABILONDO - El Confidencial